hasta un nido todo hecho de hojas
pero suaves como plumas,
empecé una canción que siguió cantándose sola
y no tenía palabras pero al final se ponía triste.
Había margaritas en la hierba bajo el árbol.
Les dije, sólo para provocarlas:
"Voy a arrancarles la cabeza de un mordisco
para darles de comer a mis hijitos".
Pero no creyeron que yo fuera un pájaro
siguieron bien abiertas.
El cielo era como un nido azul con plumas blancas
y el sol era la madre pájaro que lo mantenía caliente.
Eso decía mi canción: aunque no tenía palabras.
Hermano Pequeño apareció empujando
su carretilla en el sendero,
transformé mi vestido en alas y me quedé muy quieta,
cuando estuvo cerca gorjeé: "Mío-mío".
Por un momento se desconcertó...
después dijo: "Uf, no eres un pájaro, te veo las piernas".
Pero las margaritas no tenían importancia,
Hermano Pequeño no tenía importancia:
yo me sentía un pájaro, ni más ni menos.
Fue una experiencia innenarable
Cuando Fuí Pájaro,
por eso intento contáreselos
a quien logre interesar.
Para empezar mi sorpresa fue ver
y sentir mi cuerpo muy colorido;
después me vi en la tarea de hacer
nidos para mis crías
y todo eso fue lo menos
pues hubo momentos en que tuve
que salvarme para no ser cazado y volé,
volé, volé para lograr salvarme.
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