CRISANTEMOS DE FICCIONES
La quietud yuxtapuesta
en menudas esquirlas de rocas
aparentan extraña semblanza
envuelto en misterioso encanto donde
solía recrear los ratos ermitaños.
Esta inmensidad rodeada verde,
verde intenso de gigantes árboles
mientras la minúscula hierba cubre
piadosa el tapiz acurrucada, solemne
en cada cavidad de la tierra herida.
Mientras acá con el redil de amorfas
piedras, antiguos vestigios de bandadas
detenidas en su vuelo a beber el agua
celestial de los puquiales de Ñahuinpuquio,
hoy a lentitud ahoga sus remembranzas.
Tenazas hambrientas con fauces furiosas
se adentran al páramo donde se perdió
el rodar risueño de guijarros, tarde,
muy tarde para hallar sus rastros, los arroyos
cristalinos revoloteando marcharon al infinito.
Quedan los crisantemos, margaritas esparcidas,
arrancadas sus aromas, mientras el caminante
acezante turba las palabras dentro los versos
y con un guiño de humilde esperanza diluye
su humanidad de tanta ficción y falsía.
Orlando Ordóñez Santos.
Derechos Reservados – Imagen de la Red.
Comentario
Imaginación y creatividad existe en tu poema, poeta Orlando Ordóñez.
Felicitaciones. Un fraternal abrazo.
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