COLISIÓN

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

COLISIÓN

En el albor de los tiempos abro mis ojos; caminos vírgenes se me esconden y no sé por dónde ir hacia ti.

Las veredas perderán la inocencia algún día bajo mis pasos.

Te miro al otro lado del mundo y se manifiesta mi esperanza por encontrarte, quizá hoy, quizá en el futuro de un nuevo renacer en esta galaxia o en Andrómeda.

Me guía el silencio de tu voz adormecida entre cálidas gotas de lluvia que brotan en la resequedad de mi piel.

Y grito tu nombre aun sin conocerlo, y dibujo tu cuerpo con los suspiros que me brotan de entre el papel y la tinta apostillada por los certeros golpes de los tiempos.

Hoy te miré en el reflejo azul del sol, y te miré caminando por el fino borde del horizonte; alcancé a escuchar tu pecho respirar y el lento latir de tu corazón que creí mío.

Y volví a gritar tu nombre entre escondidas sombras de mi sombrero, y busqué tus pasos para seguir tus huellas entre las estrellas nuevas del universo. Te perdí el rastro entre el desastre de tu cabello humedecido por mis lágrimas, y me encontré a ciegas en un mundo fenecido.

Tu perfume ha despertado mis sentidos; ya mis manos te buscan para tocarte y mis ojos desesperan por mirarte, mas, ¿Quién soy yo para desearte? ¿Quién soy para buscarte? Si el punto más pequeño del universo es más grande que mi ser; si soy polvo del polvo y olvido dejado a medias.

Pero mi anhelo es un universo y medio que gira sin control en el eje de tu sonrisa melancólica, y mi deseo es tan grande como tu libertad de ser y estar, aquí o allá, conmigo o con alguien más.

Desfallezco otra vez bajo la indiferencia del mundo y la distancia que hay entre tu vientre y mis caderas; entre mi pecho y tu espalda; entre tu sexo y el mío.

Mas sé que al extender mi mano sientes en tu piel la suavidad de mis caricias y el ansia que por ti me habita.

Sigo recorriendo universos para encontrarte... No sé cuándo y no sé dónde... si en materia o en espíritu, pero con la certeza plena que en el resurgir de una nueva vida, irremediablemente tú y yo, habremos de colisionar.

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

México

Derechos reservados.

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

María Beatriz,

Gracias por tu lectura, por tu atención, y desde luego, por la generosidad de tus palabras.

Saludos y bendiciones! 

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

¡Ah mi querido amigo,   que grandiosas metáforas en búsqueda de dar belleza y lo has logrado EXCELENTEMENTE!

"Me guía el silencio de tu voz adormecida entre cálidas gotas de lluvia que brotan en la resequedad de mi piel.

Y grito tu nombre aun sin conocerlo, y dibujo tu cuerpo con los suspiros que me brotan de entre el papel y la tinta apostillada por los certeros golpes de los tiempos.

Hoy te miré en el reflejo azul del sol, y te miré caminando por el fino borde del horizonte; alcancé a escuchar tu pecho respirar y el lento latir de tu corazón que creí mío.

Y volví a gritar tu nombre entre escondidas sombras de mi sombrero, y busqué tus pasos para seguir tus huellas entre las estrellas nuevas del universo. Te perdí el rastro entre el desastre de tu cabello humedecido por mis lágrimas, y me encontré a ciegas en un mundo fenecido"

Precioso!  La llevas dentro y encima tuyo no puedes esquivarla menos olvidarla porque la llevas en la piel, en el alma, en la vida misma de ser!!

Gracias y felicitaciones extrañado poeta amigo  Carlos Lamas Cardoso!

Saludos con cariño