Clavos ardientes,clavaste,

en mi corazón marchito,

a tu señuelo de amorcito,

lo descubrí,me engañaste.

 

No eran dulces cerezas,

tus caricias y besos,

eran solo verdes limones,

exprimidos en mis heridas.

 

Me diste un racimo de uvas,

de una parra cortado,

se miraba delicioso.

 

No estaban maduras,

y no te había importado,

mi amor por ti tan ansioso.

Vistas: 40

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…