Dedico este poema a esas almas solitarias y desprivilegiadas , esas niñas inocentes que inundan las calles del pecado y venden sus tiernos cuerpos a los caprichos de los cobardes.
CLAUDIA AMORCITO
Yo era la pequeña Claudia, hoy ya no existo amigos,
desaparecí una noche de primavera, repentinamente,
quise regresar a mi hogar pero un cobarde me estranguló.
Si alguien me escucha y si soy ésa que aún vive y sueña,
es porque nunca quise morir con la memoria de mi vida.
¿Dónde estaba yo esa noche exilada de mi joven cuerpo?
Sombra de silencio, una flor sin nombre ni caricia,
niña encorrada de rodillas con un puñal clavado en el pecho.
¿Dónde estoy? No me busquéis, ya no existo en este mundo,
siempre he vivido inclinada en la tierra, sin pan ni esperanza,
vivía en las calles, desnuda y maltratada por el látigo del castigo,
vivía en los puertos alimentados de sangre y cuchillos,
deshojando mis carnes en los caminos del pecado.
Mi sexo no era para el amor sino para unos cuantos billetes hediondos,
lo vendía por centavos perdida en calles de pavor y de odio.
No me busquéis en esas oscuras esquinas donde ya no estoy,
donde no puedo estar, donde no estaré como hermana de la calle.
Si alguien escucha el grito de mi alma y si soy ésa que aún sueña,
es porque no quise morir, es porque no puedo morir,
sólo la luna escuchaba mi dolor siendo hinchada y violada cada hora.
Si me buscáis, buscadme en la gloria de mis gritos callados,
buscadme en mis trece años en los trapos de mi cuerpo,
ésa que escribía el poema de la vida contra la muerte,
desde el final del día y hasta el final de la noche,
mis amores desaparecían, mi tierra lloraba tranquila,
cada día pensaba en morir pero no me moría,
no me moría ni de enfermedades ni de abortos.
Vivía en la tierra del desprecio como una serpiente hambrienta,
mis raros pechos eran firmen como espinas sin sosten ni soporte,
cazaba clientes con flechas de papel, niña de lágrimas y presagios,
una ladrona domesticada en el adulterio de mi padre,
ése que me violaba con sus rayos y la peste de su boca.
Ahora sobre mí hay tanta sangre, tantos cuchillos que brillan
como altares en un oscuro templo lleno de ratas y escarabajos,
ahora ya no soy nada, soy solamente un río desbordado cuyo
fondo de piedras y fango me alimenta de espinas y de huesos,
donde en lo profundo de su lecho escucho el llanto de mi madre.
All rights reserved to Ronny@Levy Benlabrat, Israel 2020.
Comentario
Conmovedor relato poético,
no ausente de nuestra realidad en nuestros mundos,
lacerantes existencias de almas tiernas
que sacuden todo un cielo tan silente.
Gracias Ronny por hacernos meditar
en estos tormentosos episodios
que acontecen con frecuencia.
¡Qué horror, estimado amigo Ronny! y pensar que estas escenas se repiten a diario en este malogrado mundo en que vivimos. Muy buenas tus letras y muy realistas. Recibe mi abrazo.
Una muy triste realidad que conmociona y lacera en lo más profundo.
¡Cuánto dolor, cuánta agonía, tanta angustia y desesperación frente a la indolencia y al desamor!
¡Cuánta inocencia truncada, cuántos sueños despedazados por la cobardía que martiriza y flagela!
Me has conmovido querido amigo.
Tu denuncia es fuerte y contundente.
¡Tanto amor hace falta diseminar por el mundo para que niñas como Claudia puedan abrazar las esperanzas!
Gracias amigo por compartir este mensaje que nos toca el corazón con la genialidad de tu versar.
Gracias Bettie por tu conmovedor comentario. Como Claudia Amorcito, hay miles de desgraciadas en el mundo entero, niñas inocentes que se prostituyen para sobrevivir ante una sociedad sin escrúpulos ni conciencia, esas niñas se bañan en los servicios públicos, duermen en las calles, buscan comida en la basura y consumen drogas. En un pobre barrio de Saragoza vi con mis propios ojos ese desastre humano.
Ronny
¡Ay Dios... Ronny que declaración para terrible la de esta niña Claudia!
Se me ha encogido el alma y el corazón ha querido salir por mi boca para gritarle a mis ojos: Hay demonios de mala entraña en esta vida y ¡Cuidado con sus párpados ante el horror que cruel se manifiesta! Por ellos entrará la angustia y miseria de una niña de trece años violada y escupida por gusanos de la calle!
¡Uff... fuerte prosa que destroza la sensibilidad femenina! Y yo que lloro por lo más nimio, me derramo en lágrimas ante estas denunciantes letras de una mal parida sociedad!
¡Horror amigo, horror a lo que sucede en las calles, mas no es horror lo que tus letras denuncian!
Para ellas van mi aplauso, porque sacuden todo un mundo sentimental interno, que quiera Dios pueda lograr cambios para estas vilezas y crueldades!!
Poeta tu pluma ha brillado solemne y rotundamente en su denuncia!
¡Felicitaciones!
Gracias mi lindo y querido Ronny!!
Muchísimos cariños grandioso amigo poeta!
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