Cito textualmente las estrellas
y el hogar complejo de la naranja herida.
Diminuta es la luz en que el buey se esconde
lejos del ave, asoleando eternamente
las estudiosas manos del guajiro,
sus diez uñas sonoras de cavar el viento.
Dónde estuve, qué es esto, qué era tanto,
por qué laúd de sufrir o cal o estiércol frío
se me propaga en piedras la voracidad del corazón.
¡Ay, los dorados mulos de su costa difunta!
Veo mi rostro en el soez cristal partido,
en la espuela rota, en la leve nieve del sillón de mimbre.
Cito el insólito fieltro de las nubes idas.
Qué flora vuestra, qué dolor, qué tacto aherrojado y libre
desciende, estricto juez de oro, y canta.
Sí, desciende, paño de la luna, sobre un sucio mendigo,
y descarnándolo hasta sus flores o risas o planetas canta:
grácil noche de todos, ala de todos, vago perro.
Cita a ciegas
por la noche
a efecto de cumplir con el destino:
cita a ciegas es jugársela
con una moneda: cara o cruz,
águila o sol, y que la suerte diga...
Mostrar qué sucedió al otro día
y saberlo solo con las muecas
y/o rictus de la cara;
suerte o no no mal fario
eso es jugar a la aventura
con el destino y saber
reír o llorar, según el caso.
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME