CANTANDO MIS TRISTES LAMENTOS.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Fuertes gotas caían en mi febril frente,despertando mi adormecida y divagada mente.Era de noche y caminaba cantando mis tristes lamentos, en aquel pesado silencio, con la mirada perdida, esa que aparece cuando llegan en tropel los añorados recuerdos.Mi escuálido y silvestre cariño nunca llenó las arcas de aquella mujer, y menos pude tocar melodías con las afinadas cuerdas de su corazón.De nada me valieron las copas de vino que tome para buscar otro camino,con la idea de burlar al destino.Me nació el florilegio y adquirí para ella un ramo de rosas, y al no ser correspondido las tiré como castigo.La escoba de la indiferencia barrio los pétalos adoloridos.Ahora solo me queda la flor azul de la nostalgia y de la ansiedad romántica.Su soplete incandescente fundió los hilos que la ataban a mi, y la cobija con que me cubría en las noches frías me la retiró.Fue cuando mis ojos, dos mares cristalinos se vaciaron de salinas y temblorosas lagrimas, que escurrían por mis mejillas.El fuego quemante de sus labios se transformó en hielo y nieve que resecó los míos.

Dejó de llover y las pálidas estrellas volvieron a brillar.Con mi cartera casi vacía de sentimientos,encontré otro amor en la húmeda calle.Le pregunté qué era lo que hacía, y me contestó que nada, que solo esperaba alguien que la quisiera y se la llevara.Mi amor agregó no es de los que dicen tómame y corre.Soy de las que se quedan para siempre, mi código es común, nada complicado, no se usar conjuros. Mi idilio sera sencillo, amoroso y sosegado.De pronto me vi llevando el amor de esa tierna mujer a mi lado, con su brazo entrelazado bajo un cielo estrellado.

J.Jesús Ibarra Rodríguez.

Delegado UHE,México.

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