CAMINANDO DE LADO
A veces me encuentro caminando de lado, o sea, hacia el lado, no hacia el frente o hacia atrás. Me rio sola pensando que ese instinto de cangrejo que traigo en mi ADN ancestral me domina.
Siempre en las mañanas de un día lluvioso camino sigilosa hasta el borde de la colindancia de mi patio con el mangle que rodea mi casa. Y digo sigilosa porque no quiero alertar a los cangrejos que se acumulan para desayunar los mangos que caen de mi árbol en ese espacio donde habitan porque siempre encuentran alimento.
Voy muy sigilosa porque me fascina observarlos. Son hermosos, y muy curiosamente creo que son la única criatura animal que camina hacia el lado con sus diez patas simétricamente dispuestas, cinco a cada lado, para correr en caso de que sea necesario, hacia sus cuevas. Se ven muy graciosos corriendo de lado.
No tengo idea de por dónde se meten los pequeñitos dentro de mi casa. Me apena pensar que morirán deshidratados. Así que aún con mis limitaciones físicas, hago el intento de cogerlos para sacarlos y echarlos al mangle. Es que mi corazón de madre ancestral me lo pide.
Me pregunto por qué tengo tanta fascinación por observar los cangrejos. Será un llamado divino, no encuentro otra esplicación.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME