BUSQUÉ LA PAZ Y ENCONTRÉ LA GUERRA
Busqué la paz en las banderas blancas que orgullosas ondean a voluntad del viento.
En el vuelo de las palomas que con delicadeza cruzan por el azul del cielo.
Busqué incansablemente recorriendo caminos y escondidos senderos.
Removí la tierra y levanté las piedras con mis manos.
Moví montañas con la fuerza de mi voluntad y dragué los ríos.
Busqué la paz en el fondo gélido de los océanos y en la calma placentera que habita debajo de los lagos.
Busqué sin encontrar un breve indicio de su presencia y mucho menos alguna huella de su existencia.
Busqué la paz y encontré la guerra entre los hombres, entre naciones y entre razas; entre hermanos.
Encontré las guerras más absurdas. Esas que nacen por avaricia y por poder, por un trozo de terreno y el petróleo que hay abajo de él. Guerras generadas por la diferencia en el color de la piel,
e incluso solamente por un desquiciado placer.
En este mundo loco se predica la paz desde el púlpito más alto y las esferas impenetrables del poder,
con palabras dulces y lágrimas en los ojos, y esas palabras son devoradas por hechos de barbarie.
El hombre muere con el corazón convertido en piedra, triste, solitario y con las manos vacías.
Muere la humanidad ante la intolerancia y el odio que se siembra en los campos fértiles de lo absurdo y lo banal.
La guerra tiene garras afiladas como puñales.
La paz solo tiene ganas de ser y de existir.
Los hombres buscan la paz haciendo la guerra y en el nombre de la paz cruzan fronteras y mancilla inocencias.
Guerras en donde la sangre se vierte en el pozo profundo de la ignominia y la sin razón.
Busqué la paz y encontré la guerra, anidada incluso en un lugar desconocido de mi moribundo corazón.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
Derechos reservados.
Comentario
Roberto, Así es, irónicamente. Se busca la paz a punta de fusil.
Saludos y bendiciones.
Iris,
Gracias por acompañar con tus palabras este poema.
Saludos y bendiciones.
Haydee,
Gracias por tu amable y generoso comentario.
Saludos y bendiciones.
Bella,
Qué gran gusto saludarte.
Gracias por ser y estar.
Saludos y bendiciones.
María Elena,
Gracias por tu lectura y tu comentario.
Saludos y bendicions!
Carlos,
Quizá parezca contradictorio, por las palabras finales. Pero lo que quiero decir, y tal vez no sea muy claro, es que aun los hombres más pacíficos llevan un poco de belicismo en el corazón. Y esto no por gusto o decisión propia, mas bien debido al entorno de guerra continua en que vivimos.
Gracias y saludos.
Carlos,
Gracias por tu visita y tus palabras.
Saludos y bendiciones.
Mab,
Gracias nuevamente.
Saludos y bendiciones.
Elías,
Gracias por tan agradable detalle.
Saludos y bendiciones.
José Luis,
Gracias por tu visita y tu amable comentario.
Saludos y bendiciones.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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