Apenas sonó el cañonazo, comencé a escribir este humilde poema dedicado a esos seres especiales que salen de nuestras vidas, pero no de nuestros corazones.
¡Bienvenido Dos Mil Catorce!
Cuando suene el cañonazo entre abrazos complacido
De la esposa de las hijas de familiares y amigos
No sentirás soledad con el alma te lo digo
Mi cuerpo estará en la casa pero mi mente contigo
Llegaste dos mil catorce como siempre ¡Bienvenido!
Con tu morral de ilusiones esperanza y nuevos bríos
Yo no sé cumplir promesas pero estoy comprometido
Cuando suene el cañonazo entre abrazos complacido
A tratar de ser feliz como siempre hemos querido
Cumpliendo con el precepto que recuerdo desde niño
“Año Nuevo Vida Nueva” rodeado y agradecido
De la esposa de las hijas de familiares y amigos
De los Sueños que en la vida han sido mi gran motivo
Pero que sean alcanzables pues frustración no concibo
Esta noche iluminada entre fuegos y estallidos
No sentirás soledad con el alma te lo digo
Que al terminar en la radio el conteo regresivo
Y escuchar con alegría nuestro Himno Bendecido
Mi corazón como siempre nos acortara el camino
Mi cuerpo estará en la casa pero mi mente contigo.
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