NADA MÁS HERMOSO QUE UN ATARDECER DE UN DÍA LLUVIOSO EN LAS MONTAÑAS DE PUERTO RICO
En Puerto Rico predomina el color verde por todos lados. A veces me deleito mirando cómo se revientan macitos de yerba entre las grietas del cemento, o de la brea de las calles. Es como recordándonos que la vida se desborda en nuestro derredor.
Nada compara con ese manto blanco de la neblina en un atardecer lluvioso sobre la cordillera Central de nuestra Isla. Pareciera que el manto de Dios sobre nosotros se viste de blanco para bendecirnos.
Me comentaba el duende que era muy raro que a mitad de diciembre cayera un diluvio como el que cayó ayer en el atardecer. Y yo me quedé pensando que era una gran bendición para la vegetación que también se merece un regalo de Navidad.
Esa tarde de ayer en la finca fue lo más que se puede parecer a un cuadro divino de luz y sombras sobre el verde de la vegetación. Amigas y amigos de OME, les comparto unas fotos de ayer. Dios nos siga bendiciendo con abundante agua, luz Y poesía, con alegría y agradecimiento por todas sus bondades.

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