Nuestra mente selecciona en forma subjetiva la infinidad de elementos que decide, de acuerdo a parámetros establecidos por un sistema muy peculiar, su almacenamiento en casilleros que la entrada a ellos solo a nosotros está permitida.

La resolución sobre qué pieza corresponde archivar o cual arrojarla en la sección olvido, se encuentra bajo el estricto control de nuestro estado de ánimo, afianzado por nuestra educación, y revisado por nuestra innata percepción sentimental.

Más de una vez, tratamos, sin obtener resultado positivo, recordar cierto episodio del pasado. La llave que nos permitiría abrir aquel casillero, a simple vista desapareció.

Analizando, llegamos a la verdad oculta: dicho evento ocasionó instantes que tambalearon nuestro ser produciendo una herida con cicatriz sobresaliente. Nuestro auto-sentido de conservación entra en función, vedando nuestra voluntad del momento.

Situaciones extremas, vividas en nuestra niñez, quedan guardadas, y la puerta a tal casillero fueron lacradas. El sistema ordinario del recuerdo no funciona en tales casos.

Dichas vivencias magras, malversaron nuestra concepción, logrando un formato que dista de ser el preferido. En determinados momentos de nuestra vida podremos ser reacios, carecer de aptitudes positivas, demostrar apatía, agresividad o inclusive odio a tal o cual persona que se asemeja a recuerdos perdidos.

La conclusión frente a tales manifestaciones de conducta, son atribuidas a estados de ánimo, problemas circunstanciales, obstáculos momentáneos, en fin, ejemplos no escasean.

En reuniones frente a un psicólogo o terapeuta, al cual nos dirigimos al notar que en tal o cual situación actuamos o reaccionamos en forma no coherente, que disturba y molesta a los que nos rodean es posible llegar a * dichos * casilleros.

No obstante, en centenares de casos, el*secreto* se encuentra protegido como en un cofre soldado y arrojado al fondo del mar.  Nuestro deseo, influenciado e incentivado por nuestro interlocutor, no ofrece frutos. 

Es necesario un tratamiento de hipnosis, regreso al ayer, con el peligro de que, al conseguir abrir dicho cofre, lo allí oculto complique aún más el problema candente.

En los primeros años de vida, el hombre es un esponja, absorbe todo, bueno y malo, de color o descolorido, se moldea, crece dentro de una supuesta campana invisible, que en la mayoría de los casos no es tal. Los días transcurren, y también sus pensamientos, sus alegrías, penurias, dolores y satisfacciones.

Cada detalle es archivado, nada se pierde, todo se transforma en recuerdos. En cada casillero un rótulo. Llegado el momento de la búsqueda varios factores serán imprescindibles para ubicarlo y tener la posibilidad de abrirlo.

 

```````````````````````````````````````````````````

*Registrado/SafecreativeN°1005136281032

*Imagen de la Web

 

 

Vistas: 58

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME


PLUMA ÁUREA
Comentario de Beto Brom el julio 13, 2020 a las 1:34am


PLUMA ÁUREA
Comentario de Beto Brom el julio 13, 2020 a las 1:33am

Queridos y estimados amigazos...

RONALD, MARÍA BEATRIZ, BENJAMÍN, IRIS, LILIANA, KOKUL` AL...

Agradezco vuestra presencia...

Comentario de Gloria Rios Ayzu el julio 2, 2020 a las 9:09pm
Es importante desarchivar zonas oscuras del niño interior, que contribuyen a la liberacón y por ende a la paz interior.
Abrazos
Kokul 'al

PLUMA MARFIL
Comentario de Liliana MarIza Gonzalez el julio 2, 2020 a las 3:53pm

Gracias querido Beto por dilucidar una vez más nuestro cerebro.

para recordar algunas cosas nuevas es necesario olvidar otras viejas, es un proceso de selección .Si recordamos  todo , todo lo que nos sucedio en la vida ,todo lo que vimos u oido,leido seria muy tortuoso .

Gracias 

mary


PLUMA ZAFIRO
Comentario de Iris Girón Riveros el julio 2, 2020 a las 12:46pm

¡¡Importante y valioso tu aporte!!

Efectivamente, nuestro cerebro selecciona las vivencias u ocurrencias

para "guardarlas", conforme a nuestro impacto emocional en el momento que ocurre.

Y tú lo explicas: 

"...La resolución sobre qué pieza corresponde archivar o cual arrojarla en la sección olvido, se encuentra bajo el estricto control de nuestro estado de ánimo, afianzado por nuestra educación, y revisado por nuestra innata percepción sentimental...".

TE FELICITO gran amigo Beto.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el julio 2, 2020 a las 12:41pm

¡Muy interesante e ilustrativo, javer Beto; vivan el psicoanálisis y la hipnosis; shalom!


PLUMA ÁUREA
Comentario de Maria Beatriz Vicentelo Cayo el julio 2, 2020 a las 12:24pm

¡Cierto mi querido Beto!

La memoria yo la analogo con una máquina de escribir antigua,  cuyo teclado había que hacerlo con cierta fuerza a fin que quede impresa la letra en el papel.  Y todo lo que vivimos empieza nuestra maquinita, tiqui tiqui tiqui ,  tiquetaca, tiquitaca tiquitaca. 

¿No te ha pasado a veces que has remarcado un pensamiento en un libro grueso y cuando quieres hallarlo sabes que está en ese libro pero no precisas sin en qué parte?

De igual manera,  la memoria guarda nuestras vivencias  y todo lo que nosotros le damos a guardar y a medida que vamos haciéndolo se va acumulando;  para hallar lo que buscamos hay que hacer esfuerzo por encontrar.  Cuando está muy llena la memoria, desecha lo que inicialmente guardó.  Bueno así veo yo, mi memoria

Muchas gracias lo publicado lo considero de  buena utilidad!

Felicitaciones!!

Besos y abrazos mi querido amigo!


PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Ronald Bonilla Carvajal el julio 2, 2020 a las 10:15am

Muy buen escrito sobre psicología, muy pedagógico, abrazos

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…