Alba esperanza.
Cuando el cuerpo
está triste,
el alma llora
incansablemente.
No hay dolor más grande
que las heridas del corazón;
sean por un amor evaporado
o por la partida de un ser soñado.
Mi alma llora,
mi alma sufre,
mi alma ha perdido
su luz,
la luz violeta
de las mañanas soleadas.
Pronto llegará la alborada;
con el rocío sagrado,
con el canto de las aves,
con el murmullo del viento,
entonces,
con una sonrisa blanca
y ancha la mirada
sacudiré el polvo,
me pondré de pie
y caminaré
hacia mi infinito destino.
Estoy viva y eso… es mucho decir.
Cecill Scott.
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