Al trotar mi alazán con sus aperos,
se bebía por sorbos la llanura,
y su crin de mirífica blancura,
se mecía al pasar por los esteros…
Relinchaba con furia en los oteros,
y buscaba del rio su bravura,
conocía del bosque su espesura
y en sus cascos dormían los senderos…
Ya no estás mi caballo acanelado,
te marchaste soñando en los rosales
y hoy te nombro en mi verso pincelado…
Cuando asoma la luna en los maizales,
yo presagio que estás aquí a mi lado,
Alazán, gran guardián de manantiales…
Autora: María Hermilda Chavarría Londoño.
Comentario
¡Felicitaciones por este grandioso poema!
Sentido y con abundancia de imàgenes!
Muy bello!
Para tod@s los admirador@s de mi poema va mi abrazo y mi agradecimiento perenne. Ese caballo fue un regalo de mi padre y el compañero de camino cuando viví en el campo. Acá en Antioquia; Colombia acostumbran los padres a regalarle a los hijos un caballo o una vaca en cumpleaños para preservar la raza. ¡Era precioso mi caballo! Este poema es una evocación.
Preciosa pintura en un clácico soneto. Felicitaciones.
Alazan: De pelo rojizo
Aperos: Accesorios.
Mirifica: Suplemento que aclara la crin
Oteros: Raza. Caballeriza.
Acanelado: Que es de color canela.
Rafael. 1955
UN CUARTETO ENDECASÍLABO PARA
MARÍA HERMILDA CHAVARRÍA LONDOÑO
Cuando la inspiración está presente
en el poeta que le canta a mundo,
sale motivación de lo profundo
y la mano la escribe sin parar.
Hildebrando.
Percioso soneto
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