Hay días que a deshoras
me inclino madre,
sollozan mis silencios
por tu masacre,
¡madre naturaleza
son bumeranes!
Ya ni la musaraña
viene a aliviarte
ni el néctar de la flora
ni el son del ave
con ritmo acelerado
se infecta el aire
el bosque se consume
la flor no es dable
se levantan los pueblos
por los adarves
dejando sus pisadas
atroz osambre
son emigrantes pobres
detrás de un ángel.
En los ríos y lagos
crecen los sauces
y parecen marismas
los bellos mares,
las nubes son tertulias
del aquelarre
con voz muy sin vergüenza
de acento infame
nos hablan del ozono
de su desgaste
de climas perturbados
y sus desmadres.
Diversos protocolos
medioambientales
sus rúbricas enlazan
tal como atlantes,
más cuando se complican
en otros baches
de lóbregas cruzadas
es un desastre
que daña las razones
y humanidades.
Sin niñez está el niño
sin su carruaje
sin muñecos peluches
sin quien lo abrace
¡Oh mundo, que tu hueste
venga al combate
con premura y sapiencia
y la fe salve
de todos los diablillos
que chupan sangre
antes que el Sol se enfríe
y sea tarde!
Mariluz Reyes
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