Al asecho
Está ahí,
pantera agazapada con garras afiladas,
y sangran las nubes manchando de rojo los delirios.
Mi cuerpo es un cáliz en espera.
Cáliz rebosante de besos a escondidas.
A escondidas de la vida en rutina,
de la vida larga y lenta.
Se despiertan los anhelos prohibidos,
sacuden la lívido impaciente.
Es que es primavera en mi alma,
y hasta las golondrinas cantan a la vida,
mientras muero en esta eterna espera.
Me asechan los deseos
en esta zozobra inquietante
frente a imágenes del ayer,
cuando todo era miel de carisias nuevas,
de piel hirviendo en calderas de lujuria,
viva,
alerta,
gozosa,
en el dulce delirio del amor.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
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