Que no me dejen solo, insisto.
Es el sesenta y ocho, Jorge ya se nos fue y sus versos
decimos en poesía coral
y los colores de un tablero improvisado
crearán la nostalgia
en un escenario porteño.
Nos lleva el tren donde beso a una chica
con tanta euforia;
es como si quisiéramos gastar nuestras bocas
apenas adolescentes.
Mientras, cae una avioneta sobre el tejado del cole
al que no asistí por ir al recital.
Que no me dejen solo, insisto.
Con mi sombrero de poeta en negro
y mi larga figura flaca
me creeré artista de cine,
pero soy un poeta triste “que no sabe adónde irá”
Me quieren de actor en México,
me quieren de poeta en la neblina,
mi padre me quiere de abogado,
yo insisto,
que no me dejen solo en la alborada.
Habrá tiempo de crecer
y caminar con los amigos, ir a los bares,
pelear en una riña callejera,
presentar un poemario,
salir a la noche y escupir:
que todos somos vallejianos,
habrá tiempo de correr que ya nace
nuestra hija.
Me fue bien en la entrevista de trabajo.
Algo tendré de salario y no habrá miedo:
aprenderé un oficio u otro u otro.
Me quedaré aquí, seré poeta.
El actor de pacotilla volverá después,
un anciano aprendiendo a caer
empujado en una escena
por el rufián de los árboles
que siempre mueren de pie.
Pero ahora, váyanse, estoy en el 23;
voy a publicar mi tercera novela,
quizá a finales de este mismo siglo
me lean en los trenes
que ya olvidaron los andenes de mi ausencia.
De un nuevo libro inédito.
Derechos de autor reservdos por ley
Comentario
Como siempre me deleito en lo que escribes
mary
gracias, Tedora, un fuerte abrazo.
Gracias, Benjamín, abrazos
¡Extraordinario, Ronald!
TE DEBO EL POST POR FALLAS TÉCNICAS.
Gracias, Donato, por la bella reflexión en torno a mi poema, abrazos
Gracias, Ma. Beatriz, por los versos ue reproduces y tu bello comentario, y la imagen del tren y su reflexión, abrazos
Y muy buena imagen has puesto!
Ad hoc para el teatro de la vida, donde somos nuestros mismos protagonistas! Cuando tenemos familia, pasamos a ser actores secundarios, porque nuestra familia es primero!
Algo tendré de salario y no habrá miedo:
aprenderé un oficio u otro u otro.
Me quedaré aquí, seré poeta.
El actor de pacotilla volverá después,
un anciano aprendiendo a caer
empujado en una escena
por el rufián de los árboles
que siempre mueren de pie.
¡Excelente Ronald de no tener miedo a lo que traiga la vida! Nosotros cuidaremos de las nuestras y veremos cómo llegar hasta el final, de pie como los árboles, como bien versas en estos magníficos versos. ¿La soledad? No hay tal cuando se está luchando!
Mis reconocimientos mi querido varón de surrealista pluma!
Un abrazo!
Genial, simplemente. El miedo es el mayor de los demonios.
Felicitaciones Poeta.
Abrazos desde Colombia, Ronald.
Muy buen texto poético en el caminar por esta vida, el transitar por la vida nos depara muchos tropiezos y que bueno es no sentirse solo porque nos ayuda a ver con mas claridad el camino a seguir, porque solo tienes que tener la virtud de que no tomes el camino equivocado, ( una simple reflexión donde de los 14 años camine por la vida bajo la protección de de la luz divina de Dios )
Muchas gracias, Delia, lo que dices me motiva y graia por el destaadfo, abrazos
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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