AQUELARRE

[Delia Pilar]

Anochece un día viernes,

despunta en el horizonte

el lucero del alba, el planeta Venus,

“casualmente” coincide con el Sabbat judío.

La luna derrama su luz mortecina;

la noche es serena,

solo incomoda un frío acerado.

Cuevas de Zugarramurdi en el país vasco…

se reúne un aquelarre,

producto fantasioso de la imaginería

prolífica de los inquisidores

-personajes siniestros obsesionados

por sus creencias y faltos de compasión-,

el juez Pierre Lancre

y sus cómplices de Logroño

logran incentivar la histeria colectiva

que alimenta la caza de brujas…

¿se celebran rituales y hechizos,

ceremonias mágicas o encantamientos,

presididos por el macho cabrío,

el mismísimo Satanás?

¿Brujas, bajo efectos de la mandrágora y estramonio,

montadas en sus escobas  voladoras

atraviesan el paisaje nocturno

transportando a su vera un sapo?

Seguramente estos “señores tan puristas”

encuentran todo lo que se empeñan en encontrar,

todo lo que prohíbe la Tábula VIII,

y lo que no encuentran se lo inventan.

¡Ya quemaron vivos

a varios supuestos brujos y brujas

-“auto de fe”, según dicen-,

“cebado es su espíritu”

en esa comarca de Navarra donde  

el tribunal de Logroño trabaja intensamente…

¡la Iglesia necesita más víctimas

para  “afirmarse” como la única religión válida!

“Sino creen por las buenas

creerán por la fuerza” dicen,

“los doblegaremos por la cruz o por el fuego… “

¡apuesta la Iglesia las últimas

chances de ganar esta batalla!

¡El tormento es un auxiliar muy

poderoso para “soltar la lengua”!

 

Delia Checa – D. A. R.

Mendoza, Argentina - 2020

…

[Delia Pilar]

Sí, Mary, todavía hay mucha discriminación respecto a la mujer. 

Gracias por comentar.

[Liliana MarIza Gonzalez]

Se sigue dando en la politica y otras instituciones

Muy buenoo

Gracias 

mary

[Delia Pilar]

Muchas gracias, Gloria. Sí, indudable que esta represión se sigue dando aunque de maneras más sutiles, más políticas como bien lo defines tú. 

[Gloria Rios Ayzu]

Interesante propuesta en tus versos amiga Delia

el aquelarre y la iglesia o casería de brujas, cosa que hoy en día se sigue dando, pero desde otra perspectiva, màs política que religiosa

Abrazos

Kokul 'al

[Delia Pilar]

Muchas gracias, Ma. Ángeles, por tu lectura.  indudablemente que la historia no es grata, pero es importante conocerla. 

[Delia Pilar]

Muchas gracias, Críspulo. 

Saludos.

[Ma de los Angeles]

ES MUY TRISTE LA HISTORIA, N O ME GUSTA

PERO TUS VERSOS SON HERMOSOS

[Delia Pilar]

Muchísimas gracias, Aimée , por tu lectura y comentario tan enriquecedor con todo este aporte didáctico que es un lujo leerlo. Así mismo, agradezco tu destacado que me honra. 

Un abrazo de luz. 

[Aimee Granado]

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII en muchos lugares de Europa y Norteamérica se produjeron las “cazas de brujas” que acabaron con miles de mujeres (los brujos fueron minoría) en la hoguera o degolladas, siendo especialmente diligentes en este aspecto los calvinistas y los luteranos [Lutero llegó a afirmar que los diablos habitaban en “los loros y en las cotorras, en los monos y macacos, para que ellos puedan así imitar a los hombres”]. En España, en ninguno de los territorios que conformaban la monarquía hispánica, se dio este fenómeno con la virulencia que tuvo en estos lugares, donde algunos autores hablan de centenares de miles de condenados a muerte. 

Se plasmó de forma nítida en un hecho histórico que tendría como consecuencia más inmediata que a partir de entonces jamás se produjeran en España juicios multitudinarios y masivos por brujería como los que se produjeron en Europa.

El proceso de brujas de Zugarramurdi.

La historia comenzó en la zona del País Vasco francés de Labourd, adonde se había enviado al juez Pierre de Lancre, consejero y parlamentario de Burdeos de origen vasco  a eliminar los numeroso brotes de brujería que se estaban denunciando en la zona desde hacía unos años. Según este personaje la brujas mataban niños, destruían cosechas, practicaban aquelarres lascivos, misas negras, etc. Este juez con veleidades místicas inició una gran represión que generó un pánico en toda la zona que se extendió a las comunidades vecinas de Navarra, País Vasco y La Rioja

La sentencia de Logroño era, sin duda, muy dura, en medidas represivas destinadas a eliminar prácticas que pudieran socavar las ortodoxia religiosa; y la invocación y adoración al diablo no dejaban de serlo. Igualmente sus actuaciones son similares y parejas a las utilizadas en otros procesos y todo de acuerdo con el Malleus maleficarum, que fue el manual del juez de delitos de brujería en toda Europa.

https://elartedelahistoria.wordpress.com/2009/07/30/brujeria-en-la-...

Gracias amiga por invitarnos a revisar hechos tenebrosos que marcaron a la humanidad , llevando a la hoguera a cientos de personas inocentes.

 El antropólogo José Dueso publica  su libro 'Historia y leyenda de Zugarramurdi, donde trata de desmontar el proceso de las brujas de Zugarramurdi que desembocó en el Auto de fe de Logroño. El autor no duda en afirmar que no hubo akelarres en el Baztán, al menos en los términos en que quedaron reflejados en las actas del proceso, con independencia de que, efectivamente, los acusados pudieran compartir creencias e incluso prácticas anteriores a la implantación del cristianismo y que se remontaban a los tiempos de las diosas madres, los cultos naturalistas y, en definitiva, el más puro paganismo.

«No hubo brujas ni akelarres, al menos en los términos en que quedaron reflejados en las actas del proceso», asegura. En realidad «eran gente díscola para el poder del momento, que no estaba muy de acuerdo con lo que pasaba en el pueblo de Urdax, pues allí se vivía en un régimen feudal mientras en otros pueblos eran ciudadanos libres. Y como los disidentes molestan, el abad de Urdax, como escarmiento, llamó a la Inquisición para acallar a los díscolos, diciendo que había brujos en el pueblo».

Fue por ello que en la comarca se presentó un inquisidor y comenzó las detenciones. «Cuatrocientos años después, sabemos que no eran brujas, ni siquiera las que para salvarse de la hoguera reconocieron serlo y haber pactado con el diablo. Y lo más indignante es que sabemos que el tribunal que condenó a aquellos inocentes, o al menos parte del mismo, también sabía que eran inocentes», escribe en su libro.