04 Costumbre
Me acostumbre al calor de tu mirada,
a la constante y gentil ofrenda de tus besos,
al calor de tus caricias en la madrugada,
como al instante fugaz de tus embelesos
Esa fuente cristalina de todos tus arrullos,
en el ocaso tempranero de la noche,
como hechizo embriagador de cualquier pena,
de pasiones y amores, haremos derroche
Al suave aroma de tu piel y tu regazo,
entibiar mi alma bajo tu brillante lumbre,
de tu esbelto cuerpo del cual soy un pedazo,
así, amorosamente, se volvió costumbre
Aunque pase el tiempo volveremos a viajar
con el aroma sutil de besos y caricias,
remando juntos sobre el agitado mar,
acariciando el alba, plena de delicias.
Olga Hernández Osorio
Osterode Alemania agosto 27 de 2022
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