Llamo la rosa a la abeja,

impregnada de rocío,

en ella bebió su néctar,

sedienta tras su volar.

Llegan las alboradas,

despertando al nuevo día,

el sol en su alegría,

alguna lagrima olvida.

La ninfa

derrocha virginal pureza,

alentando al soñador poeta,

que sus letras le dedica.

Es la abeja peregrina,

no es esclava de la rosa,

bebe el néctar de su centro,

del jazmín o del clavel,

siendo fiel a su existir,

porque pronto sabe,

ha de morir.

Donald D LP

16-12-2020

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de Tibaldo Enrique Borjas Guarucano el diciembre 16, 2020 a las 7:53am
Excelente poema.

PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el diciembre 16, 2020 a las 3:37am

Me ha encantado la magia de tus letras en esta entrega sugestiva y tan inspiradora.

Gracias por compartirnos tu talentoso e ingenioso hacer poético, con esos toques sapientes que dejan huellas.

Un saludo cordial.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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