63 Palabras sombrías
Agonía del arrebol en la tarde somnolienta,
alba solitaria en mañana invernal,
la luna taciturna, orgullosa, esbelta,
reflejando su luz sobre el juncal.
Noche taciturna recorriendo la pradera,
sonoro río tiritando de soledades,
bajo la arboleda de suave quietud y espera,
una pertinaz lluvia con grandes tempestades.
Lejana caricia vestida de esperanza,
febriles besos, sin refugio ni calor,
anhelante amor, espectacular bonanza,
infinito silencio que muere frente al sol.
Celestial olvido colmado de recuerdos,
aterido, bate sus alas, sin poder volar,
ambiente feliz, con pensamientos cuerdos,
vino sin espuma, insípido para brindar.
Añejos adioses sin puerto, ni capitán,
blancas nubes ancladas en su eterno solas,
triste barcarola sin remos para remar,
en un infinito mar de corpulentas olas.
La inocencia de las flores en la primavera,
pregonando la vida y el amor fraternal,
con el manantial alegre y el agua viajera,
perennes por siempre, por toda eternidad.
Olga Hernández Osorio. Derechos reservados de autor
Comentario
Bello poema estructurado con frescos versos. Que siga imparable esa pluma.
La inocencia de las flores en la primavera,
pregonando la vida y el amor fraternal,
con el manantial alegre y el agua viajera,
perennes por siempre, por toda eternidad.
¡La naturaleza es muy sabia y constantemente nos envía mensajes porque el hombre decae en su ánimo cuando le llegan problemas a su vida tan igual como llegan lluvias o la misma noche, después de un espléndido día de sol!! El hombre no debiera PREOCUPARSE tan igual a como la naturaleza no se preocupa.
Me hiciste recordar al pasaje bíblico en Mateo 6: 26 -31
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Muchísimas gracias poeta!!
Felicidades!
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