LAS HORAS DEL SILENCIO
Agradables las horas de silencio profundo
cuando toda la gente, se cansa de gritar;
y la dicha soñada, al fin logre llegar
adornando con luces, lo divino y fecundo.
En la noche silente, yo nunca me confundo
pienso en ella y me encanta, el poder descansar,
en ambiente propicio, aquí en mi propio hogar
que es donde yo me encuentro, más tranquilo en el mundo.
Me seguiré moviendo, como el agua del río
que siempre va pasando, sin dejar de pasar;
pero alejado siempre, del ambiente sombrío.
Esperando que al tiempo, no me pueda frenar
para que yo descanse cobijado del frío
y que que tu bello cuerpo, me ayude a calentar.
Hildebrando Rodríguez
C.I.V-651.103
Mérida-Venezuela, 10 de marzo del 2020
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Yo también adoro esas horas silenciosas aquí en mi hogar, lejanas de la ciudad y del ruido habitual. Excelente poema
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