EL COLIBRI Roher Bueljos
Refulgente ilusión que muy temprano
titubeante va en su feliz danzar,
rebuscando un sorbo en el fulgurar
del néctar prístino en vergel cercano.
Cuan soplo grácil y joyel liviano
consigue en los estigmas oliscar
el polen que contiene aquel manjar
en el extremo del pistilo ufano,
Entonces, tembloroso y despidiendo
ebrios requiebros de policromía
en corola volita y va absorbiendo;
y al extasiarse de tal ambrosía,
iridiscente a! aire sigue hendiendo
cual sutil brizna que los vientos guía.
EL ROCIO
Roher Bueljos
Al despuntar el sonnoliente día
entre brumas de cálida alborada
como perla diamantina amor de hadas
destella en el gramal tu gota fría.
Iridiscente nutres de ambrosía
a la fragante rosa inmaculada,
refrescando a la araña en su morada
tornas en prisma de policromía.
Milagro para el campo de natura
cuando hostigante se vuelve el estío
humedeces al huerto con ternura.
aprovechando al céfiro su brío.
mas el destello fúlgido y ardiente
desvanece a tu ser cobardemente.
LA ROSA
Con esbeltez de núbil lozanía
Irguiendo en cáliz talle lisonjero,
Grácil despierta al beso de un lucero
Llenando de color al nuevo día.
Aliento perfumado de ambrosía
cabalgando en el céfiro altanero,
le llega del rocío mañanero
mientras las aves trinan de alegría.
Coquetea su corola tiernamente
Resaltando donaire y que lindeza,
terciopelo sutil, delicadeza;
Entre espinas mecida grailmente
Amiga inseparable del amor
Del lloro inmaculado y del dolor.
Autor; Rodrigo José Hernández Buelvas