LO QUE HA DE VENIR

 

Desde lo alto de la montaña se percibía una gran oscuridad.

Y debajo se veía a los hombres, mujeres y niños de la Tierra despavoridos de miedo, porque el planeta temblaba como una hoja movida por el viento y el mar comenzaba a bullir como el agua hirviendo en el interior de una olla.

Sus gritos de terror subían al cielo. Toda criatura convertida en una fiera huía, buscaba abrigo y no encontraba fuerzas ni equilibrio, yaciendo inexorablemente expuesta al fin.

Todos buscaban refugio en los montes, pero no podrían tener tal esperanza.

Y sucedió que el mar se agitaba cada vez más fuerte y la tierra se separaba de la tierra, caminaba en el mar, semejante a una paja movida por el furioso viento. Las aguas entraban sobre las tierras y muchas de ellas permanecían sumergidas dejando un gran vacío. Después, nuevamente se veían y luego se dejaban de ver con cuantas cosas llevaban en su regazo. Casas, templos, seres humanos, animales, grandes bosques y cuanto existía perecía miserablemente.

Luego, las montañas se desplazaron a tanta distancia, que pareciese fueran remolinos de agua. Unas surgían de la profundidad del mar y otras desaparecían para siempre.

Los grandes océanos, empujados y reempujados, saltaban sobre la tierra como un malabarista, mientras se sentían vagar en el espacio gemidos de aguda desesperación, y después nada.

Así será el final de esta séptima Generación.

DESDE EL CIELO A LA TIERRA

José García Álvarez

apostol72@movistar.es

 

 

 

 

 

 

 

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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