LAS PROFECÍAS DE JESÚS

SEGUNDA PARTE

 

4ª SEÑAL: “Habría también pestes, apariciones terroríficas y en el cielo grandes prodigios”.

La peste es una enfermedad epidémica que causa gran mortandad. Esto es sabido. Al aludirla en plural, Jesús indicó, sin duda, la proliferación de enfermedades infecciosas en los tiempos finales, como una más de las señales a tener en cuenta por sus discípulos.

Es ostensible que, en la 2ª mitad del siglo XX, el mundo se ha ido dirigiendo, paulatinamente, hacia una crisis de la salud pública, y sobre todo en los últimos 25 años, han aparecido más de 40 enfermedades nuevas, como el ébola, el SIDA, diversas clases de hepatitis y diferentes virus potencialmente mortales, además del resurgimiento de antiguas enfermedades infecciosas como el cólera, la tuberculosis, la difteria, la malaria y otras. Y lo peor es que, prácticamente, la mayoría de los agentes patógenos son resistentes a los tratamientos con medicamentos e incluso, a algunos antibióticos.

Según algunas estadísticas, totalmente fiables, en 1995, por ejemplo, de los casi 60 millones de muertes ocurridas en el planeta Tierra por diferentes causas, más de una tercera parte fueron provocadas por esas “pestes”. La comunidad internacional, que en las décadas anteriores había llegado a una complacencia fatal, guiada por el optimismo de que muchas de esas enfermedades infecciosas podrían ser controladas muy fácilmente, se encontró con el hecho inquietante de que, las enfermedades emergentes, amenazaban seriamente la salud de esta Generación.

Cristo lo señaló y ahora el tiempo lo ha confirmado. Es un hecho tan real e innegable en los días que corren, como las “apariciones terroríficas” y los “grandes prodigios” en el cielo. Porque, es evidente que esta generación actual está viviendo acontecimientos y viendo manifestaciones jamás vistos ni vividos antes por la Humanidad. Sólo es preciso conectar el televisor o recurrir a otros medios de información, para comprender que ésta es la época de las visiones terroríficas, con el culto a las escenas que consagran la violencia, el terror, el crimen, las drogas, la delincuencia, el odio, la inversión de todos los valores morales y éticos. Hoy existe el  predominio de todo lo que siempre ha aterrado al ser humano, fomentado por una ciencia sin consciencia, ni conciencia, que ha extendido su jurisdicción hasta el mismo cielo, donde los “prodigios” de la técnica, con sus ingenios científicos, han iniciado el dominio del espacio con la intención malsana de agredir a la Tierra. Y es que, como dijo el Maestro de Maestros, “la maldad creciente ha enfriado la caridad de los más”.

Sin duda, los discípulos de Jesús han podido comprobar ya esto que Él dijo entonces. Como saben también que “el que persevere hasta el fin, ése se salvará”.

5ª SEÑAL: “Ellos serían perseguidos, torturados, muertos y odiados por todos los pueblos, por ser verdaderos cristianos”.

Eso, también se ha cumplido. Como los que antes fueron, ahora son, durante décadas, desde el comienzo de los tiempos apocalípticos, los discípulos reencarnados del mismo Maestro de antaño, el Cristo, han seguido haciendo lo que Él les enseñó. Esta quinta señal, que Él les dijera, la han comprobado en sus propias carnes. Les han perseguido, mofado, ridiculizado, escarnecido, negado su Verdad. Muchos de ellos han sido y serán torturados; otros, muertos y odiados por todos a causa de que sus palabras irán en contra de los intereses mezquinos de los que se complacen en ser ciegos y sordos.

Todos los Justos han sido víctimas de todo tipo de persecuciones, incluso por parte de sus familiares y amigos más allegados. Muchos, como el Profeta de Sicilia, Eugenio Siragusa, el nuevo Apóstol de los tiempos postreros y embajador sublime de los Extraterrestres Angélicos, calumniado, encarcelado y vituperado, sólo por extender el Amor y la Verdad. Otros morirán, como los dos Testigos gloriosos del Señor, asesinados por la sola causa de regalar el Bien y difundir la necesidad de rectificación ante el Final que se aproxima. Pero, pronto, Dios testimoniará de ellos, y tendrán que reconocerlo todos aquellos que no han creído, se han mofado o los han perseguido. Ellos son, como entonces fueron, sandalias y estandartes de Cristo.

6ª SEÑAL: “El Evangelio se predicaría en el mundo entero, en testimonio para todas las naciones, y entonces vendría el fin”.

Esta señal también se ha cumplido. La Biblia, conteniendo los Evangelios, es el libro más extendido por el mundo en los años transcurridos durante el siglo XX, especialmente en su segunda mitad. Es raro que quede sobre la tierra un solo lugar donde no se conozca la Buena Nueva de la próxima instauración del Reino de Dios sobre la Tierra. Y si aún lo hay, no tardará en llegar un misionero con su texto evangélico bajo el brazo.

Los hombres de esta Humanidad, ciega, sorda y descreída, ya no podrán decir “No lo sabía".

7ª SEÑAL: “Habría señales en el Sol, en la Luna y en las estrellas”.

Será la última señal que tendrán como referencia sus discípulos, antes de la inmediata venida de Jesús. En el tiempo en que estamos, es ya un hecho inminente. Transcurriendo el desarrollo de la última gran prueba para la Tierra, la Tercera Guerra Mundial, que producirá una tribulación tan grande como no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la volverá a haber. Llegarán en fechas próximas a ser tan altos los niveles de angustia y exterminio, que si el Señor no acortara los días venideros, nadie se salvaría; pero, en atención a los Elegidos, lo hará.

El Sol se pondrá negro como un saco de crin, la Luna entera como sangre, y las estrellas del cielo caerán sobre la tierra, como una higuera suelta sus higos verdes, cuando es azotada por un viento fuerte. Eso dice Juan, en la apertura del 6º Sello de su Apocalipsis. Y eso dijo Cristo a sus Apóstoles. Ambas luminarias perderán su resplandor y artefactos espaciales caerán sobre la superficie del planeta, antes de que el mapa del cielo cambie su panorámica y sus columnas se tambaleen después, cuando el Eje de la Tierra varíe su posición. En el momento que los discípulos vean todas esas cosas, en un tiempo ya próximo, sabrán que su Maestro Jesús ya está muy cerca, a las puertas. La tierra y el cielo ofrecerán otra vista diferente en el momento en que acabe esta generación, y sus anteriores estructuras pasarán al recuerdo, pero las palabras del Hijo del hombre no pasarán.  

CONTINUARÁ...

 

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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