A YENIS PADRÓN, (PODÓLOGA).
Me sostienen, me llevan, me traen
desde los primeros pasos de la vida
se miran, se abrazan, se animan
cual gemelos hermanos
y sufren y resisten
cuando están prisioneros y separados.
Mis pies
los pies de la familia
son los pies de mi pueblo
son los pies de mi Patria
los pies del mundo entero.
Hay pies de uñas azules de estirpe y abolengo
de botas y zapatillas con piel de terciopelo.
¿Aquellos pies morenos que recorren la América?
de México a Argentina, de Chile a las Antillas
sin zapatos, sin chanclas, descalzos sobre el suelo.
¿Los pies del hombre negro en los suelos de África?
en agrestes desiertos, expuestos a intemperies
pies que sufren, que sangran en su periplo heráldico
protegidos con harapos o pedazos de plástico.
Yenis… ¡Cuánto lo siento!
No existen privilegios
Para esos pies enfermos
Ni una mano con guantes satinados
Como tu mano amiga
Con bisturí de amor
Que alivie su tormento.
© Cástor A. Olivier O.
El hijo del Cisne.
Venezuela.
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