INSTINTO DE INEZ
NOVELA DE CARLOS FUENTES

2001

Esta obra de Carlos Fuentes, dedicada a su hijo Carlos Fuentes Lemus, fallecido en 1999, es una metáfora del amor y la muerte, en torno al arte y particularmente al arte musical. Plantea con lirismo el desasosiego, la esperanza; el amor y la violencia, en sucesivos planos en los que muestra la juventud y la vejez, el pasado y el presente; el atroz ruido de la guerra teniendo como fondo la música de Héctor Berlioz en su cantata: La Damnation de Faust (La condenación de Fausto). Esta obra coral con solistas será el leitmotiv de la novela.
La narración se propone en dos historias que se alternan con aparente individualidad, hasta el final en el que se juntan para hacer la cadencia que resume su tema principal: El amor. “Ahora hay la plenitud del amor en el instante.” Tenemos, de un lado, en el siglo XX, la historia del director de orquesta Gabriel Atlan-Ferrara, apasionado del arte y amante de la soprano mexicana Inez Rosenzweig, que asume el apellido Prada como identificación artística. De la otra parte se nos presenta la narración desde el tiempo de la prehistoria, de una pareja que lucha para sobrevivir a la violencia. Leemos, pues, dos historias que tienen un destino común: La segunda en orden se relaciona con la lección paleolítica de la historia colectiva, y la primera, del director de orquesta y su amante, en el siglo XX, se propone también como intercambio pasional de la pareja en el tiempo. Los escenarios de los encuentros de la pareja de la historia central son: Salzburgo, en 1999, en Londres en 1940, en México en 1949, y otra vez en Londres en 1967.
Las parejas humanas en ambas historias representan el movimiento de la vida, en preguntas que surgen como manantial en la trama: palabras de amor, palabras de muerte. Y encuentros y desencuentros: dos personas que se aman y se repudian.

Es notable el capítulo que describe la invasión alemana a Londres, en Covent Garden el año de 1940, mientras Gabriel Atlan-Ferrara hacía el ensayo nocturno de La Damnation de Faust:
“Canten como si fuesen los aliados de Dios abandonados por Dios, griten como quisieran oír gritar a Dios porque su efebo preferido, su ángel de luz lo traicionó y Dios, entre risas y lágrimas (…) le regaló el mundo al diablo para que en peñasco de lo finito representase la tragedia de la infinitud desterrada: canten como testigos de Dios y del Demonio,(…) griten jas jas Mephisto (…) el del corno resople, las campanas tañan (…) la multitud mortal se aproxima, sean coro, sean multitud también, legión para vencer con sus voces el estruendo de las bombas (…) y la lufwaffe está bombardeando sin cesar, ola tras ola de pájaros negros pasan chorreando sangre, la gran cabalgata de los corceles negros del diablo pasa por el cielo negro…”
Un cuadro semejante al primero se presenta en la segunda anécdota: la pareja primitiva inventa el lenguaje que los une. El hombre es cazador y pinta en las cuevas. Tienen una hija y luego emigran a otros lugares de distintas costumbres. El padre es muerto y la mujer huye y regresa al hogar de origen. Es la visión colectiva de la prehistoria, algunos de cuyos personajes pasan a la historia central del siglo XX. Se trata de demostrar que el mundo arrastra en el tiempo sus mismos prejuicios y tiene las mismas cicatrices.
En 1949, en México, vuelven a juntarse el director y la diva. En ese encuentro consuman su pasión. Finalmente, en 1969, se repite el encuentro en Londres, para la representación de la cantata de Berlioz. Inez Prada sale al escenario como la mujer - símbolo, desnuda, con una niña también desnuda, Apreciamos la narración de la anécdota actual que alterna con la de la pareja primitiva en la narración de la novela. En este acto teatral de México se desencadena la pasión de la cantante despojada de su papel para dar el grito inicial de la libertad.
“Y entonces la voz de Inez Prada pareció convertirse en eco de sí misma, en seguida en compañera de sí misma, al cabo en voz ajena, separada, voz de una potencia comparable al galope de los corceles negros [...], a los gritos de los condenados, una voz surgida del fondo del auditorio...”

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Todo el ciclo narrativo de Fuentes es la exposición del paso del tiempo: La edad del tiempo. Lo que buscaban Proust y Joyce: una summa de civilización en una misma obra individualizada: En busca del tiempo perdido y Ulises, respectivamente. Ese mismo empeño lo ha emprendido el autor mexicano en su extensa narrativa compendiada en La edad del tiempo.
Instinto de Inez pertenece al ciclo: El mal del tiempo, junto con las novelas: Aura, Cumpleaños y otras dos de igual importancia. Son los territorios temporales en los que la vida desarrolla sus avatares. Cada una de ellas trata del engaño del deseo y de la eternidad deseada ante la vejez. En la novela que comentamos Vejez – Inez se presentan ante una esfera de cristal que ella le regala y que halló en un cottage de playa propiedad del músico. Es un sello de frágil belleza que posee el director de orquesta Gabriel Atlan-Ferrara como su amuleto. El director contempla la transparencia del objeto de arte y persigue en sus reflejos el lenguaje de una partitura desconocida que le devolviese sus facultades y la anhelada sensualidad. La prenda es la memoria que desentraña el mito del arte. Y su propia vida.
En la alternancia de las dos historias se produce una polifonía bien lograda. En la música, la polifonía desarrolla simultáneamente dos o más voces que son líneas melódicas ligadas pero que conservan su individualidad. Esto mismo se aprecia en la novela de Fuentes: dos o más voces que se alternan hacia un fin común.
La estructura de la novela distribuye las secuencias de modo casi arquitectónico. En las historias antigua y moderna que conforman el tema central del texto, se cohesiona como un tiempo mítico en la anécdota de la pareja prehistórica: a-nel y ne-el,mientras que en la trama narrada en el siglo XX asume la configuración del tiempo presente con el pasado remoto, o mediato; pasado cercano-presente.
Instinto de Inez tiene respecto de otra novela del autor: Aura una fiel semejanza para aludir a la vejez y la muerte. Pudiera decirse que entre ambas creaciones hay un diálogo que trata de la figura del doble: Juventud – vejez, Aura, un cuento que es la proyección de la juventud en el personaje envejecido; y la figura del doble, en la proyección que protagoniza la historia de Aura, conserva en Instinto de Inez la naturaleza bipolar de su estructura. La soprano tuvo una voz privilegiada que le permitía ser también mezzo soprano. En La Traviata, la joven diva Inez sabe envejecer la voz en escena: “Una mujer de veinte años muere como una anciana.”
Concluye la novela con un canto, igual que en la cantata de Berlioz: La página coral conclusiva con la hermosa Apothéose de Marguerite.
La obra que hemos comentado es un homenaje literario a Berlioz, y la manera de hacerlo es remitiendo la historia al mito de Fausto y su condenación, teniendo la referencia en el protagonista director de orquesta. El lirismo se adueña de la novela en un galope de ideas acerca del arte y la muerte. Es una novela gótica, romántica y expresionista, sombría y exultante.

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Respuestas a esta discusión

Un relato muy interesante, Alejo.

Te felicito, amigo.

¡Extraordinaria reseña de un libro que me enamora, como toda la obra de mi paisano Carlos Fuentes, Alejo; gracias por compartirla!

Reviví mi lectura.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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