Si leyeras en mi alma,
si pudieras ver lo que guardo
cuando cierro las pestañas,
si una candela, la caja
fuerte de mis recuerdos,
la tuviera iluminada
y si mis años se sumaran
y con ellos se hiciera un diario,
te verías a mi lado.
Si escucharas mi canto
bajo estos cabellos canos
y si cada uno de los días
que tienen lo que he callado,
que volaron como un sueño
y que no puedo recordar
porque se han borrado,
relataran el pasado,
de mi amor por tí hablarían.
Y si accionaras la llave
que abre todos los candados
y vieras las emociones
que en el camino quedaron,
-cada uno de los hitos
que marcan el recorrido-
verás que grito:
“tomado de tu mano estoy,
una vida navegando”.
Son las tres de la tarde,
otra jornada pasando
como una ráfaga de aire,
como otro grano de arena
que no volverá a tocarme
y que tienes registrado.
Son las tres de la tarde.
¡Qué día, qué hermoso, madre,
que te estoy acariciando!
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Te agradezco Benjamín
Ernesto
El sentimiento amante del hijo en la plenitud de su amor, cómo se siente a través de estos versos sublimes que hacen vibrar el ALMA del lector!!
Son las tres de la tarde,
otra jornada pasando
como una ráfaga de aire,
como otro grano de arena
que no volverá a tocarme
y que tienes registrado.
Son las tres de la tarde.
¡Qué día, qué hermoso, madre,
que te estoy acariciando!
¡Magistrales letras sesgando mares literarios con honda intensidad!
Oh! Maravillada coloco mi humilde Destacado Dr. Kahan!!
Bendita sea su luminosa pluma!
Muy conmovedor y bello tu poema, Ernesto.
Me fascinó.
¡Felicitaciones!
Querida amiga Vilma,
Este poema, creo que expresa lo que muchos sentimos, yo tuve la suerte que mi madre lo leyese antes de fallecer.
Te envío un fuerte abrazo
Ernesto, que siempre te recuerda con cariño
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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