NI UN SUEÑO

 

Desde una forma desigual

a lentitud fatal del otoño

estos vestigios adquieren

un colorido más tenue

y agonizante cual ocaso.

 

En el discurrir sin paralelo

del río y el camino gemelo,

aturdido y sin rumbo vaga

a merced de los caprichos esta

inédita insistencia de esperarte.

 

Con las cadenas más pesadas

aquellas que ahorcan toda libertad

sin piedad arrastran a los vestigios

que cautivaron tiempo atrás a las horas

matutinas cuando copiosa deslumbrabas.

 

Tránsito inevitable de lidiar

revoltijos y azares, tan solo para

aligerar la inmensa pesadumbre

que llevo por no saber diferenciar de unos

ojos, la transparencia incandescente.

 

Tanta certeza de la piedra lanzada hacia

al fondo del foso donde el agua imperturbable

tan solo responde con un solemne chasquido

de ahogo y lamento porque en la vida

todo se hunde hasta los sueños de un niño.

 

Orlando Ordóñez Santos.

Derechos Reservados – Imagen de la Red.

 

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Respuestas a esta discusión

¡Muy buen poema, Orlando; muy filosófico!

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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