Era una fría noche de navidad y Pedrito y María vivían en una pequeña casa que sus padres les habían dejado antes de morir.
Al ser muy pequeños, Pedro de ocho años y María de seis, y no poder trabajar aún, vivían de la caridad de los vecinos, quienes les alcanzaban algunos panes, leche, ropa usada, para sus necesidades.
Esa noche era navidad y Pedrito y María querían ver cómo los vecinos habían adornado sus casas. Se conformaban con mirar largo rato por la ventana de su vecina María, un bello árbol con muchos adornos y regalos. Ella, al haberles sorprendido tantas veces espiando por su ventana, les obsequia un árbol chico sin adornos y un pequeño nacimiento “para que les acompañe” - decía ella.
Muy contentos recibieron los regalos de su vecina, pusieron el árbol en su pequeña sala y el nacimiento encima de una mesita, en él solo se podía ver a La Virgen María, San José y al niño Jesús.
María, mirando el nacimiento, le decía su hermano: hermanito hoy es navidad y le he pedido a Papa Noel que me traiga solo una muñeca de trapo que no cuesta mucho dinero – Pedrito le responde – No hermanita, Papa Noel no existe, mejor vamos a rezar a arrodillados en el nacimiento y vamos a pedir al niño Jesús que a las doce de la noche, nos envíe alguien para que te traigan esa muñeca de trapo y a mí ese avión de juguete que tanto quiero –
Y así los niños rezaron de rodillas muchas horas pidiendo por sus juguetes, pero también por otros niños pobres como ellos. Luego, vencidos por el cansancio se acostaron en el sofá de la casa, pues no tenían una cama donde dormir.
Llegada la media noche, se oye un ruido como de viento fuerte y María, la más pequeña, se despierta y observa adormilada como por la ventana entra un ser alado con ropajes blancos y saca de su bolsa dos regalos y los pone debajo el árbol y se va por la misma ventana por donde entró y muy asombrada despierta a su hermano – ¡hermanito, hermanito, ha venido un ángel bueno y nos ha traído nuestros regalos de navidad!
– Pedrito ante los gritos de su hermana despierta y le dice: – ¿Qué dices hermanita, quién dices que ha venido?
– ¡Un ángel hermano y nos ha dejado regalos, mira debajo del árbol! y Pedro sorprendido se dirige al árbol y comprueba que efectivamente estaban allí los regalos y le dice: – ¿En verdad viste ese ángel hermana?
– ¡Sí hermanito, con estos mismos ojos yo misma lo he visto!, ¿No ves que lindos regalos nos ha traído? Y Pedro le contesta: – Este es un milagro de navidad hermanita – y se abrazaron muy contentos. Luego, desesperados, abren sus regalos y ven que dentro de ellos estaban la muñeca de trapo y el avión de juguete que tanto habían ansiado y lloraron de tanta alegría, agradeciendo nuevamente de rodillas en el pesebre, al niño Dios por haberles enviado este ángel de navidad que alegraba, esa noche, sus tristes vidas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
¡Feliz navidad!
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Un muy bello cuento de navidad
Gracias
mary
Candoroso y tierno cuento mi querida Elvira!
Y desde luego que los milagros existen; tanto en cuentos como en la realidad. Uno ora y parece increíble cómo Dios te responde casi inmediatamente. Unos dicen que Dios no existe, otros dicen que es nuestra creencia... pero cómo es entonces que lo que pedimos se llega a realizar?
Gracias mi querida Elvira por esta magnífica historia!
Un abrazo navideño anticipado!
Gracias Beatriz
Gracias Mary
Edith...
Muy sentido y bonito cuento de navidad!
Ojalá le hubiese dejado ese ángel muchas mas cosas, como un plato delicioso de comida!!!
Gusto leerte y felices fiestas!
Gracias Iris bella
Gracias Ma de lso Angeles
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