Y vuelve Medmed, esta vez cansado de tanto navegar por mares de incertidumbres, de dudas, de nostalgias y pesares, con su duendecillo de colores a cuesta, llevando las cargas pesadas de miradas y desafíos grises que se escapan sin control y se esconden tras mascarillas. Ha sido un año muy duro y difícil para todos en el universo de nuestro héroe. Ya Medmed ha cumplido sus once años y está lleno de tantos anhelos como siempre, pero su entorno no ha sido el más agradable desde su último encuentro con la esperanza. Ella se había pintado toda de verde y hacía brillar sus galas adornadas por las gotas del rocío que simulaban perlas de alegría y de confianza. Había sido tan bello todo, un encuentro solazando horizontes de paz y de armonía y los niños festejando juntos en la algazara de sueños con sus titanes poderosos venciendo desconciertos. Y aquella ronda de duendecillos había sido fantástica entre cantos y alabanzas a la vida, al despertar de las travesuras y las ilusas sorpresas dejando acertijos entre fábulas y sueños dorados.
Medmed recuerda con nostalgia aquel encuentro; y ha llovido tanto desde entonces. Las ilusiones se han visto flageladas por la tristeza, el desconsuelo, la soledad y la ansiedad de jugar con otros niños, de sentirse pleno, sin ataduras para volar libre con la imaginación y con sus duendecillos adorables y el protagonismo certero del capitán de sus desvelos de tantas andanzas.
Medmed se consuela a sí mismo, ha buscado refugio en sus pinturas, en sus juegos de mesa y en las travesuras trasnochadas de sus sueños llenos de aventuras para contar a sus abuelos, a sus amigos a través de encuentros virtuales y recrearlos mediante imágenes que quedarán para siempre grabadas en las memorias de tiempos aciagos.
Mas la vida también le ha sonreído a Medmed y a sus duendecillos, así lo ha expresado el capitán de los desvelos, el maś alegre y vivaracho de sus duendes, el que le ha acompañado en sus más osadas travesías por mares y laberintos de acertijos. Aquí está presente ahora y lo toma de la mano y lo lleva a su espacio lleno de colores brillantes, donde lo esperan tantas estrellas rojas, doradas y verdes. Y allá a lo lejos en un rinconcito el verde arbolito esperando ansioso por la llegada de sus héroes para desempolvar historias y regalar esperanza.
¡El momento ha sido propicio y ha impactado a Medmed!
Es cierto que ha llegado Diciembre y el aroma del Adviento conquista corazoncitos llenos de caminos y senderos alegres, con puentes de amor y sin fronteras donde revuelan azules los deseos inocentes y traviesos.
Así que Medmed toma sus pinceles, acaricia con ellos las ramas del cansado arbolito que ha estado esperando todo un año y junto al capitán de los desvelos comienza la bella tarea de acicalar con frescura e inocencia cada ramita que asoma su follaje con disimulo navideño.
¡Ha sido mágico para Medmed y su ejército de duendecillos!
Están dibujando una nueva historia donde la esperanza ha vencido y trae consigo un horizonte nuevo y floreciente, sin mascarillas, donde el amor, la paz y el regocijo encuentran su lugar junto a la armonía, que vuelve a dibujarse de verde mientras el corazón agradecido por las bondades de la vida y a pesar de todo, late con alegría perseverando en esa fe que todo lo alcanza.
¡Y emprende Medmed su travesía nocturna y levanta las velas de ilusiones junto a su capitán favorito, el duendecillo de colores que timonea sus desvelos!
La magia de su corazón ha obrado con paciencia y con sabiduría.
¡Hasta la próxima aventura!
Aimée Granado Oreña ©
Cuba / Estados Unidos de América
Noviembre 29 del 2020
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Hermosa narrativa querida autora, un deleite leerte, abrazos.
Aimée...
Que preciosi relato acabo de leer.
Te felicito y que para todos sea una navidad llena de luz y esperanza en un futuro meor con amor, paz y salud.
Un gusto leerte.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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