LA LUZ QUE NUNCA SE APAGA
Mi amor, cae la lluvia
cual un llanto derramado
que susurra dentro de mí.
Y yo siento el gran vacío
que dejó tu ausencia,
sin ti todo está sombrío.
Mi ángel dulce nada tiene sentido,
las calles se prolongan
y son parte de mi esencia que te implora.
Estoy en un mundo que no comprendo,
todo me es ajeno
desde que tú me faltas.
Esta lluvia duele,
sus gotas son como látigos
en mi alma cansada.
¿Dónde estás?, dime...
¿Dónde va flotando tu risa?
tu voz es canción que se difumina;
se va perdiendo en ecos fantasmales
y yo no puedo alcanzarte,
mi jilguero en la ventana.
¿Dónde estás azul lucero
que lloras en mis lágrimas?
¿Dónde se mece tu dolor?
Quiero verte aparecer tras los cristales
y que mis latidos se exalten
en tu mirar apacible.
Quiero más de tu amor,
dame de tus piedrecillas blancas
mi ángel sublime.
Dame los tesoros de tu pecho
que no me canso de estos versos
que nacieron sencillos como el agua.
Aún deseo tus pisadas
en mis escaleras dormidas,
aún como a un crío te cantaré una nana.
Porque eres el escogido de mi alma,
la luz que en mí está encendida
y que jamás se apaga.
INGRID ZETTERBERG
Derechos reservados
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Un placer leer tu delicados versos
de esa luz que nunca se apaga
Verso divinos para esta canción
Saludos cordiales
Natuka
Preciosos y dulcísimos versos,
es un placer inmenso leer tu poema; Ingrid.
Magnífico aporte que se agradece.
Gracias Delia por visitar mis versos y dejarme tan hermosa respuesta que aprecio. Bendiciones.
Gracias Natuka por asomarte a mis versos y dejarme tan grata huella. Un saludo.
Gracias Benjamín por asomarte a mis versos y dejarme tan linda respuesta que aprecio.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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