Pasaste por mi lado todo desleído, hoy casi me rozas el corazón…
sin que hubiera un gesto delicado tuyo:
ni las flechas de Eros en tus ojos, ni el adiós de manos, ni tu guiño mimoso
que tan marcado en tu mirar me enamoraba. ¡Ay, fue el roce que reseca la sequía!
No bastaron ¡no!...mis besos, mis caricias: nimios fueron… ¡y mi figura cursi!
En vano luché por frenar la tirolina loca de tu alegro
ya descastada en un desierto sin oasis…¡sin amor!
Y la ventisca aquella me dejó un reguero de poemas rotos...!
¿Tan difícil fui? ¿Tan ausente estoy?
Mírame, no soy la Carmes,
soy esa mujer que puso simiente, y flor para una vida perfecta con mucho amor,
muchos años; y ahí están nuestros frutos pese al dáctilo irascible de tu boca
que de soslayo batió a la palmera y al dátil. ¡Y qué mal quedaste colocado!: así cual búho
en el soliloquio de lo incalculable contando las arenas y las Macarenas de tus plantas.
!Y quién sabe si al respiro del acaricida de alguna Carmes de paso...!
tirolina: es como un cajón de metal que rueda por una cuerda desde una montaña a la otra muy usada por turistas y exploradores. Acaricida: polvo para matar ácaros, especie de araña.
Etiquetas:
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio