GOYA: PINTURAS NEGRAS.
BEETHOVEN: ULTIMOS CUARTETOS
(Los dos sordos del arte)
Las denominadas Pinturas Negras de Goya fueron el decorado de la llamada Quinta del Sordo, lugar situado en las afueras de Madrid adonde se había refugiado para convalecer de una enfermedad. Es un conjunto pintado por el artista aragonés al término de su vida, cuando apenas veía ni escuchaba.
La materia no es en el arte el volumen y la consistencia física de alguna cosa. Comprende todas las realidades que chocan con el mundo de la producción de la obra de arte. En la tesis del filósofo italiano Luigi Pareyson de su teoría de la formatividad, la materia es el conjunto de los medios expresivos, los preceptos codificados, las técnicas, los lenguajes, los instrumentos del arte.
El arte de pintar es labor manual de quien fabrica con sus manos objetos que resultan de su lucha con la materia. Es el artista el que inventa las formas estéticas para elevar la forma a su más alto nivel. De Goya se ha dicho que poseía una mediana formación intelectual, y los que lo han estudiado tienen el convencimiento de que su obra es un enigma.
En todo pintor hay una evolución que desarrolla la inventiva del artista: es artesano primero, luego artífice y finalmente artista, y el pintor aragonés de Fuendetodos cumple esta última exigencia de la creación. La obra negra es un mundo nuevo de su producción, y resaltan en él las sombras con las cuales el pintor cierra su tarea creativa. ¿Qué quiso expresar en sus Pinturas Negras? Todavía se formulan hipótesis acerca del significado de estas pinturas, y ninguna simplificación puede aclarar la intención del artista: nunca puede alcanzarse la intención del artista al formar su obra.
Se ha comparado la obra Pinturas Negras con los últimos cuartetos para cuerdas de Beethoven, por constituir en ambos las formas esenciales de su aventura artística y el abandono de los caracteres que definían su manera anterior de crear arte.
En las Pinturas Negras prevalecen los tonos negros que dan al conjunto un significado fantasmal y se eliminan los componentes táctiles o de modelado escultórico, para dar a las figuras el carácter de apariciones gestuales que después el expresionismo desarrollará libremente. Deformidad de los rostros que parecen haber quedado en esbozo, temas mitológicos distorsionados para dar mayor efectividad a lo siniestro, el uso de una escenografía teatral. Saturno devorando a sus hijos sea quizá la prueba demostrativa de mayor fuerza de lo que se ha dicho, al igual que Aquelarre (el Gran Cabrón), donde el demonio con la apariencia de un macho cabrío se viste de monje, rodeado de hechiceros, en una lúgubre escenografía.
Las parcas goyescas dibujan al hombre en situaciones de desesperación, cercenan la vida después de crearla, en imágenes grotescas que bien pudieran tener como fondo musical los cuartetos finales del otro gran sordo, el de Bonn. Las apariciones de la Serie Negra sufren el acoso de una indeterminación de formas, en un fondo ocre y negro que parece devorar las figuras. Goya presenta la España negra y absolutista devoradora de sus hijos, y exhibe la idiosincrasia española con el tema alegórico de la brujería. Ramón Gómez de la Serna resumió el tenebroso mundo pictórico de Goya, al decir: “Todos esos conjuntos carboneros, pintarrajeados con nocturnidad, apedreados de gritos y cuajados de incrustaciones, que llenan las paredes de su casa, son engendros de quien comprende la vida y su revés misterioso. Buscaba una reacción, quejas sin sentido contra las pusilanimidades del mundo…”
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En Beethoven hallamos semejanzas notables con Goya, en cuanto a la evolución artística de su vejez temprana (tiene algo más de 50 años). La enfermedad y la tristeza no logran vencerlo; antes bien, excitan la sensibilidad del artista y se encierra en la introspección para hallar sentido al torrente de ideas que lo atormenta. Y no obstante, conserva en apuntes y en la memoria los temas de sus dos grandes obras orquestales del fin de su vida: La Misa solemne para gran coro, y la famosa Novena Sinfonía coral del opus 125.
Aquellos años de tempestades, pasiones y tragedias ocultas: batallas heroicas contra el destino, expresadas en sus obras sinfónicas, ya no están en su desesperada búsqueda de lo esencial. Ahora será la íntima música de cámara, con el magno cuarteto para cuerdas como instrumento. El espíritu múltiple de Beethoven, dominado por una poderosa voluntad, enriquece prodigiosamente la sustancia del pensamiento en el tejido polifónico de sus cuartetos finales, en los que manifiesta la independencia de las cuatro voces instrumentales. Aquí se forja, indestructible, la unidad del drama de su espíritu.
Los cuartetos de su tercero y último período, significan una pausa: La Catedral interrumpida de aquellas inmensas obras corales. En los cuartetos de la tercera y última etapa creativa se anuncia ya el jazz y la música moderna. Hay disonancias, rupturas, silencios todavía imitados por la música del siglo XXI.
No todo lo real es racional; lo monstruoso también pertenece a la esencia humana. En Goya se refleja la sombra que cubre el instinto y su manifestación siniestra.
La indeterminación se expresa, igual que en las Pinturas Negras de Goya, en los últimos cuartetos para cuerdas de Beethoven.
La obra del último de los períodos de la creación beethoveniana nos presenta un nuevo carácter en el que Beethoven desafía las fuerzas más encarnizadas de la contradicción. Dentro del majestuoso formato se perciben las fuerzas inconscientes que entrechocan, con el ímpetu personal del músico.
Los cuartetos de cuerdas tocan los límites más altos y sublimes de la música occidental, los instantes de total transfiguración. Los últimos cuartetos para cuerdas de Beethoven corresponden a una época de su vida llena de trastornos interiores y exteriores. Tal vez esa razón nos explique el giro radical hacia el espacio mental en que se sitúa el mundo de la creación de esos cuartetos. No se parecen a nada anterior y están muy lejos del clasicismo por su compleja estructura, y sin acercarse tampoco al romanticismo que se anunciaba con el llamado del mismo Beethoven.
Decía TW Adorno que “la verdadera razón de la grandeza de Beethoven es que no sólo produjo una buena pieza tras otra, sino que incesantemente produjo nuevos tipos, nuevas categorías de música…” Aseveración que cobra todo su sentido al aproximarnos a sus últimos cuartetos de cuerda. Una música pura que desnuda el alma del genio, destruye el universo clasicista imperante, salta por encima de todo el arte musical del XIX y constituye una cima de cimas, el apogeo de su obra y un "ochomil" en la Historia de la Música.
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El arte se balancea entre dos extremos: la belleza y la fealdad, y en ambos casos se trata de una creación artística, estética porque conmueve la sensibilidad. Lo siniestro es aquello que está presente en toda percepción humana pero debe mantenerse oculto. Cuando se revela lo siniestro, ocurre la ruptura y surge el efecto positivo de la belleza de la obra.
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Beethoven y Goya, dos artistas unidos por un destino común: la soledad y la ruptura con las formas tradicionales de su propia creación artística.
Goya guardó el efecto siniestro detrás de un manto de familiaridad, pero lo reveló en sus pinturas negras. Beethoven fijó en el pentagrama una música lunar sin aparente armonía pero cargada de la emoción contenida que no se atrevió a develar.
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Beethoven y Goya, dos artistas unidos por un destino común: la soledad y la ruptura con las formas tradicionales de su propia creación artística.
Goya guardó el efecto siniestro detrás de un manto de familiaridad, pero lo reveló en sus pinturas negras. Beethoven fijó en el pentagrama una música lunar sin aparente armonía pero cargada de la emoción contenida que no se atrevió a develar.
¡Grandioooso Alejo! Bethoven como siendo sordo creó música, ¿Dónde la escuchaba? Y Goya bueno él pintaba y al parecer tenian sus pinturas pinceles de su sordera.
Miles de graciasssssss (Podrías escribir con letras un poco más grandes? Tengo problemas con la vista y no alcanzo a leer el escrito, gracias)
Beethoven no era sordo de nacimiento. Fue cuando tenía entre veinte y treinta años que perdió la audición. Ya había compuesto dos de sus nueve sinfonías. La sordera vino cuando iniciaba la tercera sinfonía que perdió el sentido de audición. Sin embargo, su mejor música, la más grande e irrepetible en el mundo, la compuso después y estaba completamente sordo. Llevaba la música en la cabeza y componía con todo su empeño, corrigiendo los detalles hasta la obsesión.
Su grandeza está en el alma sublime.
Se enamoró y fue rechazado, padeció lo indecible.
Conviene leer su biografía. Hay miles de obras dedicadas a su obra giantesca. Compuso más de 150 obras cuando ya oía nada.
Un genio sin par.
Saludos
Alejo
Mil gracias Alejo por la observación. No sabía que la sordera que tuvo fue ya siendo mayor; así y todo sordo, compuso como bien dices la tercera sinfonía. Esto nos deja meditando y aplicando tus mismos términos, ¿es entonces la obsesión benigna? Yo diría que si. Porque cuando se ama con intensidad, el hombre la convierte en obsesión. Obsesión tuvo Bethoven porque amaba su música; y, ello me conduce a quienes dicen ser poetas ¿aman realmente la poesía? Apuesto que si viviera Bethoven y le habláramos de poesía, poco sabría porque no es el campo que a él le apasiona. Yo revisaré biografías y aquellos que dicen amar la poesía, debieran igualmente zambullirse en su perfección. Entre la música y la poesía, me inclino por la poesía. Háblame de estructuras, háblame de poetas célebres clásicos, de un Rubén Darío y verás que no sabre todo a la perfección pero si guardo conocimientos respetables, citando incluso poemas de memoria.
¿Es este Foro una Página Musical, de películas? No, es Literaria. Entonces si planteáramos la vida de Bethoven o de Goya o de lo que El Viento se Llevó de Margaret Mitchell en forma de poema, ahí la cosa fuera distinta ¿No lo crees? Yo te recomendaría aplicar un poquito más de criterio y que te fijaras bien en donde estamos; mientras yo reviso biografías de pintores y músicos notables, aunque lo mío sea poesía.
Acostumbramos a saber todo a medias; sin acaso tener dominio de nada; y en cierta forma, eso es bueno porque alimenta nuestra cultura general; en algunos casos no porque "amamos" al Arte en si; sino para mostrarnos sobresalientes ante otros, no digo superiores sino sobresalientes lo cual hoy en día es muy fácil, porque si voy a hablar sobre un tema, lo único que tengo que hacer es recurrir al internet que está al alcance de la mano haciendo parecer que está en nuestros conocimientos; ello ya no es amar al Arte, ello guarda sentires un poquito más mezquinos. De cualquier forma, sea mezquindad, sea obsesión, si a la larga va a redundar en el Arte, bienvenido sea!
Un abrazo
Cuando dije que compuso la "Tercera sinfonía" quise decir que compuso todas las sinfonías hasta la Novena con el movimiento final de Oda a la alegría, y no fue esa sola. Además compuso música de cámara, sonatas, una ópera, y mucha música que anunciaba el surgimiento del Jazz.
En total se han localizado 135 obras de distinto género, todas maravillosas por su originalidad.
En otra nota escribí sobre la sordera de Beethoven
Espero que haya sido aclarada la inmensa obra musical del Gran sordo, que murió a los 57 años.
La música es poesía en su más alto grado. Me refiero a la música académica o Clásica como se la llama.
Saludos.
Debes tener presente que nuestra OME tiene también objetivos variados como el cine, el arte, la filosofía y otras, y todos se refieren a la totalidad de la Cultura (con mayúsculas). No es solo la poesía, valiosa en sí misma y nunca preterida.
El ser humano es complejo y abarca todas las actividades de la existencia. De allí que la OME ha abierto todas la expresiones de la cultura a fin de que cada uno se exprese en aquello que sea su motivación.
Es asunto de libertad.
Saludos
Certeza en tu tratamiento critico: realizer una comparacion y paralelismo ante momentos vitals de gran angustia por la perdida de los sentidos es una labor loable. Me impresiona siempre la posibilidad terapeutica que ejerce el arte sobre las personas. Excelente tu presentacion, Alejo!!!
¡Extraordinario, Alejo!
Hola querido Alejo,
Hacía tiempo que buscaba el origen de esos llamados monstruos de Goya y no notaba sus similitudes con los ciertos asonantes tormentosas notas de Beethoven. Gracias por tocar este tema y por desasnarme. Eres genial
El arte se balancea entre dos extremos: la belleza y la fealdad, y en ambos casos se trata de una creación artística, estética porque conmueve la sensibilidad.
Excelente ,dos grandes unidos por sus desgracias, esto no los paralizo, sino que que los hizo grandes ,en la pintura y en la música .
Mis felicitaciones
mary
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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