Paráfrasis de un capítulo del libro “Los territorios del exilio” de Danubio Torres Fierro

 

La literatura latinoamericana, en general, se muestra crítica, con una  construcción “a base de una inteligente transculturación” y reflexiva en cuanto a lo social y al lenguaje. Reniega de las mentiras institucionalizadas, enarbola la validez de sus “agonías espirituales” y una actitud insumisa en lo creativo. Se sumerge en las sombras del ser cuestionando lo material y rompe con estructuras caducas de la literatura.

Por todo lo mencionado es muy común en la literatura latinoamericana, casi una constante, que se presente el conflicto del escritor con la política institucionalizada. Los déspotas, comunes en Latinoamérica, ya sea civiles como militares, creen desembarazarse de aquellos que los cuestionan con el destierro, el desempleo y, en oportunidades, con el asesinato. Se sabe que cuando un sistema es parte del Estado, se fosiliza pues este se erige, arrogante, en amo y señor de la Verdad, no admite cuestionamiento ni crítica y estrangula la libertad de expresión. La paz de los cementerios se instala en la sociedad. Toda opinión libre es catalogada como “herejía” y por lo tanto inmediatamente reprimida.

Por estas características los escritores que asumen la literatura con responsabilidad moral son perseguidos y hostigados por el “orden” represivo y de ahí la tragedia del exilio con sus diferentes modalidades: exterior, interior, voluntario o autoimpuesto. Se sabe que cuando el escritor libera “sus fantasmas” es él mismo y muestra sus “obsesiones más personales y nutricias”.

El autoexilio es el medio en muchos casos de huir de un medio intelectual sofocante y de una sociedad que margina al escritor. Este adolece, en su mayoría, de una larga tradición subversiva y crítica; ubicado en márgenes de la sociedad, oficia de testigo y constituye el “ojo que todo lo ve” de la comunidad. Su lucidez y sensibilidad le atormentan y claman estallar.

La opción del escritor se da entre rebelarse con las derivaciones consecuentes o integrarse con la renuncia a la libertad de expresión. Hay casos, constituyen la segunda opción, en que opta por confundirse con esa masa gris e insensible de la que huyó -la sociedad- solución que, en definitiva, es una forma de castrarse a sí mismo y huir del vértigo que lo llena de pavor. “La altura y dignidad de un espíritu se miden por su capacidad para soportar la verdad. No es una tarea a envidiar.”

Escribir es una elección que implica responsabilidades morales y sociales. El escritor que cumple con ellas será considerado por el Poder el eterno rebelde, el cuestionador por excelencia y un enjuiciador “sin anteojeras”, capaz de renunciar a su labor de escritor por cuestiones de conciencia sin que ello implique el abandono de sus ideas. En ocasiones, se desdecirá sin más ni más. Según Albert Camus se asume como “un solitario / solidario”.

Delia Checa - D. A. R.

Mendoza, Argentina

Vistas: 41

Responde a esto

Respuestas a esta discusión

Gracias, Elías, por tu "me gusta".

Saludos.

Delia muy interesante tu sentir sobre la escritura-el poeta- conozco varios poetas que tuvieron que exilarse por expresar  su sentir principalmente en el camino de la libertad y la mejor convivencia social, por eso el escritor-poeta jamás debe dejar preso en su mente y debe romper los barrotes y expresar sus pensamientos en bien de la sociedad. ... mis felicitaciones  --- 

Sería LIBERTAD plena

si un Escritor, poeta o periodista,

abriera los surcos de LA VERDAD

sin que sus letras pudieran ser maniatadas

por la censura, la coacción o hasta la prisión.

Generalmente eso ocurre en los países totalitarios,

dictatoriales, que a nuestra vista tenemos muy cerca.

Ojalá fuera desterrada esa incruenta  marginación 

y prisión de la Libertad de Expresión,

tanto Social como Poéticamente.

Muchas gracias Delia.

Así es, Iris, lamentablemente esta situación

se ve a menudo en nuestra Latinoamérica.

Muchas gracias por tus palabras tan sabias. 

Un saludo fraterno.

Y sí, se ve a menudo la situación. El poeta no puede

ni debe callar ante la injusticia y el atropello,

su sensibilidad le impide el silencio cómplice. 

Muchas gracias, Donato.

Abrazo.

¡Tu paráfrasis es realmente un ensayo brillante, Delia Pilar!

¡Agradecida de corazón, apreciado Benja!

RSS

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…