Un cuento inusual de Navidad
Ernesto Kahan © 14 de diciembre, 2013
El once de diciembre comencé a recibir mensajes de Navidad desde todos los rincones de la Tierra, muchos de ellos clamando por amor social y augurando paz y salud. Aunque por no ser cristiano no festejaba el Nacimiento con religiosidad, estoy acostumbrado a recibir la fiesta con amorosa ternura.
Recuerdo haber leído que en la Primera Guerra Mundial los soldados enfrentados en el frente acordaron entre ellos un alto el fuego la noche de Navidad. Los fusiles callaron y los cánticos se escucharon de las dos líneas de fuego. Cantaron "Noche de paz".
Entre las lecturas me dirigí a una publicación que anunciaba que el nuevo Papa Francisco le dijo al Presidente de Israel que lo invitó a visitar su país, que acepta y que programa visitar "Tierra Santa" en Mayo. Este Papa no deja de sorprenderme cada día con sus iniciativas de concordia y armonía entre cristianos de todas las tendencias y los judíos. Coincidentemente también me llegó una invitación para escribir un poema en homenaje a una mujer cristiana impresionantemente superior que amo, Sor Teresa de Calcuta. Me costaba concentrarme debido a que estaba en crisis con serios pensamientos existenciales de frustración porque los poetas no estamos siendo reconocidos ni estimulados por los organismos culturales oficiales y prácticamente somos ignorados por los medios de difusión.
Ese día once de diciembre, llegó al Medio oriente la más grande tormenta invernal, por lo menos desde hace 130 años y aquí estoy. Hoy es 14 de diciembre, diez días antes de la "Noche Buena", más de 60.000 familias están sin electricidad y sin calefacción porque cayeron árboles sobre los cable de alta tensión y las cuadrillas de salvamento no pueden llegar dado que muchos caminos están cortados, cientos de personas o tal vez miles, están atrapados en autos en los caminos o en ascensores sin comida, el frío es terrible, el río Ayarcon en Tel Aviv está a punto de desbordarse, los hospitales están abarrotados y los médicos estamos en guardia especial en actividad más de 18 horas seguidas... La gran mayoría no pueden ser reemplazados porque las vías de acceso están cortadas, murieron animales callejeros y hay cientos de ancianos atrapados en la oscuridad congelándose y necesitados de recibir atención médica. Miro la televisión, todo el país esta reclutado para salvar vidas
Entre los apagones me llegan por correo electrónico comentarios de un poema que publique hace tres días, cuando comenzó a caer la nieve y el blanco de ella me dio la señal.
Nuevamente hoy amaneciste blanca Israel
Hoy amaneciste blanca Israel
y yo me dije
- lo quiero como señal
de paz y de nueva miel -
Nieve y miel que cubra el mal
y prepare la cena
de la naciente primavera,
que no mire debajo del mantel
y que los escolares aprendan
la fresca historia que pueda comenzar
Nieve blanca casi mágica
¡Déjame tocarte!
¡Déjame hacerte el amor en la hierba!
¡Déjame borrar los recuerdos del odio!
que son los de la guerra...
y porque hoy amaneciste blanca Israel
yo me dije
- ¡Que mi amada traiga los poemas
y que hagamos el amor en la hierba!
Amor y paz
Sobre la blanca nieve
que todo lo cubre e incita a retozar.
Atrás quedó el poema y todo mi ser ahora se encuentra absorto con las noticia. También llegó un mensaje de una escritora de la Patagonia Argentina que me dice –Escribe, ese eres tú, nunca sabrás lo que ocurrirá con tus escritos.
Ayer de noche, estando en cama, la gata blanca del vecino del primer piso como lo hacía siempre, se puso a chillar en forma insoportable. Yo la odiaba porque por su culpa pasaba noches de insomnio. –tiene frío me dije y me levanté para socorrerla y darle leche caliente. Quedé dormido y me desperté con la radio dando noticias duras y tremendas. Comencé a seleccionar algunas diferentes que me enternecieron.
Miré a la gata del vecino que me estaba haciendo caricias con la cola y escuché que en un kibutz llamado Neve Ilan, que llevaba cuarenta horas sin luz y los generadores ya no funcionaban por falta de combustible, las familias se concentraron para pasar la noche en las casas vecinas que eran más templadas. A la hora del anuncio estaban cocinando sopa caliente en ollas comunes. Cuadrillas de estudiantes se organizaron en especie de pandillas para ayudar a los conductores atrapados en la nieve. Los policías, bomberos, soldados, empleados de la compañía de electricidad salieron a pié en recorrida con linternas y termos con café caliente para saber si en los autos apresados había gente necesitada. Los pasos de frontera con Gaza y Siria que por la guerra llevaban años cerradas, se abrieron para que camiones israelíes con gas oíl, comida y frazadas puedan pasar.
Me quedaban varios días para mandar el poema sobre la Madre Teresa y miré el almanaque que estaba sobre un globo terráqueo.
La gata me sonrió. Sí, quiero escribir y escribo.... "Un cuento inusual de Navidad... de amor navideño nacido de la tormenta, donde los hombres se tornan buenos.
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¡Maravilla de mensaje! ¡Cuán cierto es lo que dice, estimado Ernesto, al expresar la falta de reconocimiento y estímulos de los organismos culturales oficiales, como, también, la falta de apoyo de medios de difusión hacia los poetas!
P.S.: bonito cuento que disfruté leyendo, querido amigo. Abrazonrisas y mis buenos augurios.
Bello cuento
Gracias
mary
¡Genial! gracias por este regalo, desde Colombia un abrazo.
Ernesto...
Mucha sensibilidad en tu narración.
En estas fechas, que no debería ser solo en ellas, como que nos convertimos en seres mucho mas comunicativos y todo nos afecta enormemente.
Que bonita la colaboración que cada persona que pudo hacerlo realizó en tu cuento.
Un poema hermoso que fue grato leer.
Mi saludo y buenos deseos para lo que queda del año y para el otro que vendrá
Saludos
Estimada Iris,
Gracias por tu precioso comentario que comparto plenamente, ya que el amor social y y la colaboración debiera ser la pauta de todos los días. Trabajemo unidos para que así sea en el futuro
Ernesto
Hermoso inicio de semana.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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