AMAINEMOS LA TORMENTA

 

Quien vive en la tormenta, vive inquieto,

no sabe a donde ir, para salvarse;

de rayos y centellas, resguardarse

y no tener efecto de magneto.

 

Cuando es en el amor, que se desgrana

la tormenta de múltiples efectos;

hay que buscar con lupa los defectos

que tiene la pareja casquivana.

 

Somos los pararrayos de amor

y las descargas, siempre nos inquietan

con rayos que demuestran su furor.

 

Muchas veces, la entrega de una flor,

cuando las dos personas se respetan,

amainan el ambiente abrazador.

Hildebrando Rodríguez

C. I. V-651.103

Mérida - Venezuela, 20 de septiembre de 2014

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Respuestas a esta discusión

Bonitas letras, muy conmovedoras

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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