VI TREN PARA LOCOS

[Ronald Bonilla Carvajal]

No es un teatro, es un tren para locos

y no lo escribió Hess, sino un anónimo,

y si fuera el D.F. irían poemas

de Dolores, de Rosario, de Octavio o de Jaime,

quizá de un tal Efraín

en sus paredes grises.

Pero va de San José a Cartago o a Belén

y no lleva poemas de Jorge ni Laureano ni de Eunice,

ni de un tal Bonilla o de Julieta, Sauma o Chase,

ni siquiera del mequetrefe que ama más las motos

que los buenos poemas,

aunque no tenga una que acicalar en las noches.

 

Dicen que irán los títulos de novelas de Fabián,

Joaquín, Tatiana, Yolanda o Ana Cristina,

quizá de Cortés o de un tal Arias Formoso.

Los títulos nada más

sin que sepan los lectores donde se consiguen.

También irán las ventanas para que vean los árboles pasar

o las casas viejas por detrás, los postes

o las nubes desfilar antes de la lluvia.

 

Irán ancianos con bastones y ciegos y muchachas tristes

que van a sus trabajos hostiles y aburridos.

Todos harán su fila a metro y medio de distancia

por un tiquete,

y con mascarillas

tapando sus sonrisas imposibles.

Ya no es necesario - dijo el acosador que elegimos.

 

Y ya no se caerán los vagones

por el puente del Río Virilla como hace un siglo.

Y no morirán los muchachos alegres que viajaban.

Tendrá algo de loco el maquinista

o el que hace huecos en el tiquete

sin portar un uniforme, o el payaso de globos.

Y se montará el expresidente que clausuró

los trenes durante veinte años

y que quiso ser presidente otra vez

con la reprobación del 60 por ciento.

Y Leda leerá un poema aunque no la escuche nadie

 

Pero también, cuando sean las siete pm

se montará la luna y un muerto

que siempre viaja para tirar periódicos

y empujar a los vivos

como en el cine.  

de un nuevo libro inédito

Derechos de autor protegidos por ley

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, Críspulo, por dejar tu inda huella, abrazos