UNA HOJA ARRIBA Y OTRA DENTRO.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Es el mes de Agosto del año dos mil trece. En una céntrica calle de Mexicali,Baja California,hay un árbol llamado Laurel de la India;está en una esquina y cubre unas bancas en donde se sienta la gente,a esperar el camión que los llevará hasta sus casas.Los arboles en esta epoca son una bendición de Dios, en este lugar que es el mas caluroso de todo México.

Hasta ese árbol llegaron dos jóvenes amigos originarios de la Ciudad.Uno de ellos le decía al otro que ya no sabia que hacer, que ya no soportaba el calor.Después de oírlo, su amigo le dijo a manera de consejo que había leído un libro de un famoso Escritor Español titulado "Tuareg" en donde se narraba como los hombres del desierto del Sahara soportan las elevadas temperaturas.Ahí decía el autor que la clave era mantenerse quieto, sin moverse como una piedra, y así el calor no se sentía y pasaba atravesando el cuerpo.También señalaba que era importante tomar una siesta en las horas pico del calor,beber agua de los posos y de los Oasis.Finalmente llegó el camión y los dos amigos lo abordaron, y partieron raudos para sus domicilios.

El árbol se quedó solo, y entonces llegó un pájaro de bellos colores, que comenzó a brincar de una rama a otra,asustado por haber visto,como sufría una ave hermana de deshidratación por el tremendo calor.En su desesperación por la sed que sentía, quiso morder una hoja de dentro del follaje del árbol, pero esta reaccionó diciéndole que no lo hiciera, porque era muy ácida su nervadura, que mejor buscara insectos nutritivos y de buen sabor.El pajarillo comprendió y se alejó volando en busca de agua y alimento.Se paró en un Chamizo y luego en una Cachanilla, plantas oriundas de estos lugares para tomar un descanso antes de llegar al río Colorado, en donde bebió agua a placer. luego se instaló en un alto alamo,poniéndose a cantar.

La hoja que salvó su integridad, vivía muy infeliz en el árbol, y a todo mundo le decía que quería ser una hoja de la cumbre  para ver el sol, sentir el aire y la lluvia.Además quería ver por las noches  el cielo estrellado y la luna, y que ahí en el centro del follaje no veía nada.

Todo esto lo escucho una hoja que pendía en las alturas, y le dijo que tenía suerte de vivir dentro del follaje, sin exponerse a peligros allá arriba.Que en cambio abajo oía a la gente, se protegía del sol y el calor, así como de granizos y fuertes vientos.Pero la hoja de dentro seguía con su terquedad de estar en las alturas.

De pronto se escuchó el sonido del motor de un carro, unas voces y el ruido de instrumentos.Eran unos jardineros con unas escaleras y unas tijeras de podar.Todas las hojas comenzaron a temblar, sobre todo las de arriba del árbol.Las filosas tijeras comenzaron a cortarlas.Tocó que también llegarán las navajas hasta la hoja de la cumbre, y se desprendió empezando su caída. Pasó antes de llegar al suelo, junto a la hoja de dentro del follaje y le dijo-ya vez porque te lo decía, es mejor que te quedes donde estas, a ti no hay necesidad de que te poden.La hoja de dentro del follaje al fin lo comprendió cuando miró con tristeza como tocaba el piso la otra hoja.

J.Jesús Ibarra Rodríguez.

D.R.México.2013.

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

Los hermosos arboles laureles de la India, o Yucatecos, que son los únicos, en Mexicali que resisten el calor. besitos

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

Jesús,

Bello relato. Para aprender un poco.

Saludos y bendiciones!