En un bello bosquecillo,
estaba Clarita con Luisillo,
dando cabezaditas de sueño,
viviendo en un ensueño,
te amo le decía en estribillo.
El calor del sol dorado,
la sed a ella provocó,
y del agua verdeazul tomó,
de aquel río tan cayado,
con sus arboles a cada lado.
Se les fue el día platicando,
y las llamas del atardecer,
comenzaron aparecer,
las nubes se fueron yendo,
mirándose enrojecer.
Recostados en el pasto,
vieron la luna plateada,
y las estrellas en el cielo,
luego se dieron un beso,
cerca de la madrugada.
Lejos en unos caserones,
de un antiguo esplendor,
se oyó el canto de los gallos,
anunciando el amanecer,
con unos soleados rayos.
J.Jesús Ibarra Rodríguez.
Delegado Cultural.UHE.México.
D.R.2013.
Comentario
Jesús,
Un relato muy dulce y romántico...
Saludos y bendiciones!
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