Capítulo 1

No quedaba mucho tiempo disponible. Las horas avanzaban a ritmo vertiginoso, el maldito reloj luchaba en su contra.

Al día siguiente habría reunión del Directorio, y ella, Ellen Dual, Gerente de la Compañía Naviera Piramidal S.A., estaba indecisa.

La vida de un hombre pendía de una decisión, y era ella quien estaba obligada a tomarla.

Leyó por enésima vez el documento, el informe que había recibido de la Oficina Contable, era muy claro, se había cometido un serio desfalco, y Elías Survey, Jefe de dicha sección, era el sospechoso de haber efectuado tal delito.

Tenía una controversia de sentimientos, porque Elías era un amigo desde la niñez a quien apreciaba muchísimo; y de ser él el causante de tal malversación, las consecuencias resultarían muy graves.

Cabía la posibilidad de hablar con él y que de alguna manera ver que restituyera el dinero robado.  Pero no lo ubicaba, no estaba ni en su casa, ni en casa de familiares;  era urgente hablar con él para ver la forma de solucionar el problema, antes de la prefijada reunión del Directorio.


Mientras tanto Elías, resguardado en un pequeño motel en el sur, ni acaso dormía,  los nervios lo tenían a salto de mata,  pensando que en el cualquier momento vendría la policía a detenerlo. 

Fumaba cigarrillo tras cigarrillo dando vueltas por la pequeña estancia.  ¡Todo su mundo se venía abajo! 

Su familia se hundiría en la vergüenza,  su hija quien estaba en la mejor universidad de la ciudad... ¡Ay todo el mundo se iba a enterar! 

¿Qué podía hacer, cómo salir de este embrollo?   

¡¿A qué fue alterar los números para comprarse la residencia donde vivían los  suyos?! 

¡Eran horas insufribles donde sus nervios estallaban! 

¿Qué excusa  podría argumentar para defenderse o por lo mejor justificar lo que había hecho?

Su celular no dejaba de sonar, ya era la cuarta llamada de Ellen que no respondía. No sabía que decir, ninguna explicación sería aceptada.

Eran momentos de incertidumbre, el mundo se desmoronaba a sus pies, y toda la culpa caía sobre sus hombros. Nuevamente el teléfono, otra vez Ellen.

No podría recibir la llamada pues así pondría en descubierto su ubicación.

Había cometido un error ya no podía volver atrás, era tarde para arrepentimientos.

Capítulo 2

Salió de la habitación, pagó en efectivo la estadía, y partió en su coche rumbo al puerto de Haifa.

Durante el viaje fue armando el plan de escape, era arriesgado, pero no existía otra salida.

No tuvo inconveniente para entrar al puerto, su credencial de la empresa le permitió, además, dirigirse a las dársenas; su amigo el capitán Alexander, con seguridad se encontraba en su barco, anclado como de costumbre en la Dársena C; a media noche, de acuerdo a lo que recordaba, zarparía con rumbo a Malta, con escala en Limasol. en la isla de Chipre, y ese era su destino.

Después de saludar a su amigo, con el cual lo unía una amistad basada en “favores recíprocos”, se pusieron de acuerdo en que él viajaría sin ser registrado, y permanecería las escasas horas del viaje, en el camarote de su amigo. Por supuesto que le refirió, a grandes rasgos, el motivo de su decisión de abandonar el país en forma tan especial.

Tenía que huir a cómo diera lugar. Sus pensamientos se agolpaban de tal manera que sentía incluso que le faltaba la respiración.  Su cabeza martillaba “cárcel” “cárcel”.  El solo hecho de pensarlo, le producía escalofríos, angustia; pero dudaba ¿era esa la forma de resolver el problema?  

Alejado de la familia, de sus hijos ¿cómo volver a reunirse con ellos?  ¿Los dejaría a ellos sumidos en la vergüenza por culpa suya?  

Pero vergüenza es lo que le rodeaba en todo sentido.  

Así huyera, o en cambio afrontara los hechos, de la vergüenza no iba a librarse; aquello se asemejaba a una verdadera cárcel.

Sin denuncia, sin  juicio, él ya estaba sentenciado al exilio y a lo más doloroso de la vida, a la separación de los suyos, la soledad. 

 

Además vendrían las investigaciones y lo primero que harían las autoridades sería embargar sus bienes, entre ellos la residencia última comprada, motivo por el cual se hallaba en esta situación.  

Era una tontería lo que había hecho, porque toda esta desesperación, tanto de él como la de los suyos, había sido finalmente para nada...  todo se perdería.  

Y ahora él se iría, él se salvaría de la vergüenza y abandonaría a los suyos, dejándolos sumidos en la desgracia que él había propiciado. Era un maldito egoísta. ¡Estaba pensando solo en él! 

 

¡No, no se iría!  Él tenía que dar cara y exculpar de todo este asunto a los suyos.  Declarar que ellos nunca supieron nada.  ¡Dios qué encrucijada!  No podía irse dejando a los seres que amaba, solos ante el oprobio, a la ignominia pública.  Porque sí, desde luego que los amaba y con ¡todas las fuerzas del alma!  Ya bastante daño había hecho como para abandonarlos ahora.  

Tenía que afrontar y tenía que hacerlo por amor. Finalmente viéndolo bien,  todo lo había hecho por amor; porque él no cogió el dinero para dilapidarlo ni para distracciones vanas. 

 Finalmente pensándolo bien, él podría ser repudiado por amistades, por la sociedad,  ¿pero por su familia?  Su familia lo amaba y jamás lo repudiarían.  Como fuera, ellos estarían con él.

Y sintió el impulso de correr donde su amigo que lo estaba ayudando para decirle que no iría a ninguna parte, que afrontaría las consecuencias; y  lo hizo.  Lo hizo porque simplemente no podía irse;  en ese mismo instante ¿cómo podría estar su mujer, sus hijos? 

Durante su exilio, su fuga, uno de ellos podría enfermarse,  hasta morirse y él lejos?  No, no huiría.  Pasada las difíciles circunstancias, viajaría en todo caso después,  lejos de su país,  pero con ellos.  Sin ellos sufriría mucho más.  Definitivamente sin sentencia, ya estaba sentenciado.

Aspiró la húmeda brisa, miró el cielo escampado y vio como se alejaba el barco, su última oportunidad de escape.  Pero su deber de hombre esposo y padre,  se imponía.  ¿Qué debió pensarlo antes?  Cierto, pero no iba agregar a su sufrimiento por el error cometido, más sufrimiento; no solo para él, sino también para los suyos.

Y decidido, cogió el móvil y llamó a Ellen.   

Capítulo 3

Una media hora antes de la reunión del Directorio, sonó el teléfono de Ellen. Al ver en la pantalla el nombre allí escrito, respiró profundo…

-¿Dónde diablos estás, ladrón?

-Necesitamos hablar urgente, ¿dónde podemos encontrarnos?

-No hay tiempo, el Directorio convocó a reunión a las 10, no puedo faltar, o sea si tienes lo que decir, este el momento.

- Si, yo soy culpable del robo del dinero, me equivoqué y me arrepiento, necesito

que me ayudes, estoy desesperado, no tengo a quién recurrir, eres mi tabla de salvación...¡POR FAVOR!

-Insisto, ¿dónde estás?

-Si tienes alguna solución, avísame...no me abandones…

La comunicación se cortó.

Como fue programada, a las 10 en punto, dio comienzo la reunión del Directorio, con la presencia de todos los miembros, sin excepción.

Luego de que el Presidente informó de que por ser una convocatoria fuera del plan oficial, se tratará un solo punto, el desfalco, cedió la palabra a la Gerenta.

Ellen tomó la palabra...y con voz suave pero autoritaria como era su costumbre, expresó…

-Estimados, como es del dominio de todos los presentes, estamos ante hechos que demuestran una considerable malversación de bienes, efectuada, en base a pruebas que tienen en vuestras carpetas, por el Señor Elías Survey, Jefe de la Oficina Contable de la empresa.

He entablado una conversación con el susodicho, en la cual reconoció los cargos en su contra, además manifestó su intención de llegar a un arreglo con el fin de solucionar todo el asunto, sin llegar a mayores, es decir siempre dentro de las paredes de la Empresa.

Se produjo un tumulto general que no permitió a Ellen proseguir con su discurso...las voces de los integrantes tomaron altos decibelios, algunos exigían la intervención policial...otros hasta acusaron a la Gerente, de tratar de encubrir al acusado...una verdadera batahola.

El Presidente, retomó la palabra, trató, sin lograrlo, calmar los ánimos de los presentes. La reunión salió de su cause, fue imposible volver a deliberar en forma normal. No obstante el ruido, anunció a toda voz:

-Teniendo en cuenta la situación reinante, me veo en la obligación de levantar la sesión de la fecha. A la brevedad recibirán información de la próxima fecha de reunión.

La primera en abandonar la sala de reuniones fue Ellen, quien rehusó dar más explicaciones. Allí quedaron todos los miembros discutiendo y vociferando.

Llegó a su oficina cerró su PC, tomó su bolso y se encaminó al estacionamiento, mientras caminaba llamó a Elías, pero no hubo respuesta alguna. Llegó al coche y antes de partir, reitero llamar a Elías, tampoco está vez hubo respuesta.

Capítulo 4

Ya en su casa, volvió llamar, obteniendo el mismo resultado, entonces optó por dejar un recado, donde le informó sobre la reunión del Directorio, y que era urgente hablar con él.

Después de un par de horas, decidió ir hasta la casa de Elías. Estaba segura que él no estaría allí, pero era muy prudente hablar con la familia, para ponerlos al tanto de la acontecido hasta esos momentos.

Se asombró al comprobar que nadie acudió al llamado en la puerta, insistió y espero unos minutos.

-Perdón señora, ¿usted busca a la familia Survey?

Era la voz de un mujer entrada en años que paseaba con un perrito, posiblemente una vecina.

-Si, ¿los conoce?

-Pues claro, soy vecina y más bien amiga de Vered, ella y la familia viajaron, por lo que entendí al extranjero, pero no recuerdo si me dijo por cuanto tiempo.

-Ahhhh...¿hace mucho que viajaron?

-Una semana, más o menos.

-Gracias por la información, ha sido muy amable.

Se despidió, subió al coche y partió rumbo a su casa.

Todo había sido un perfecto y estudiado ardid de Elías, aquél que consideraba un buen amigo, resultó ser un simple estafador y mal amigo, que aprovechando tal amistad, alargó el tiempo para así lograr llegar a cabo su plan.

Se sintió defraudada, engañada.

Tomó un rápida decisión, se comunicó con el Presidente del Directorio y solicitó llamar a una reunión extraordinaria, a la brevedad posible, pues debía informar algo urgente.

Esa misma tarde, recibió un mensaje en el que se le informaba que el Directorio estaba convocado a las 20.30hs. Se destacaba la obligatoria participación.

Con unos quince minutos de anticipación entró en la sala de conferencias.

Se asombró al comprobar que la mayoría de los miembros ya estaban presentes.

Llegó el Presidente justó sobre la hora, saludó a todos, invitó sentarse y sin perdida de tiempo, dio por abierta la sesión.

-Estimados, esta convocatoria fue a pedido de la Sra, Gerenta, quien tiene la palabra.

Ellen se paró, tomó el micrófono…

-Agradezco a todos los presentes haber acudido correspondiendo a mi pedido, entenderán que el motivo y la urgencia del caso así lo exige.

Les informo que luego de una serie de investigaciones he llegado a la conclusión, que el Sr. Survey ha desaparecido, o sea lo podemos considerar como prófugo; es más, se comprobó que su familia abandonó el domicilio particular, y por lo averiguado, partió al exterior ya hace más de una semana. Por lo cual considero lo más oportuno, dar parte a la Policía, denunciando todos los pormenores pertinentes.

El anuncio fue como una bomba, todos elevaron sus voces. Después de unos minutos de descontrol general, el Presidente logró calmar los enardecidos ánimos.

-Es lógico y prudente que actuemos con calma y sopesando cada medida que consideremos apropiada, para enfrentarnos a este complicado embrollo.

Por supuesto al permitir interiorizarse del caso a la Policía, no tardaría la Prensa en hacer pública esta más que sensacional noticia, y que afectaría, sin lugar a dudas, al nombre y reputación de nuestra querida empresa.

Propongo un comisión de cuatro miembros bajo la dirección de la Sra. Ellen, para planear, a la brevedad posible, una estrategia que se adapte a la situación.

La reunión fue disuelta. Solo quedaron en la sala, los integrantes de la Comisión recientemente formada.

Capítulo 5

Al día siguiente, los representantes de la Compañía Naviera Piramidal, hicieron su presencia en las oficinas centrales de la Policía, solicitando efectuar una denuncia por desfalco. Luego de informar con lujo de detalles lo ocurrido, quedó aclarado, y esto a pedido de los demandantes, que por el momento, todo el caso quedaría sin transcender fuera del ámbito policial.

La respuesta de los representantes de la ley, fue recibida a la mañana siguiente, en la cual lamentaban comunicarles, que dada la envergadura de la denuncia, sería imposible mantener oculta frente a la prensa, dicha información. En caso de no estar de acuerdo con esta medida, cabe la posibilidad de acceder a retirar dicha denuncia, a la brevedad posible.

El Directorio reunido, con la presencia de todos sus componentes, escuchó el desarrollo de las tratativas con la Policía, incluida la respuesta recibida.

A consecuencia de las distintas opiniones, y luego de una larga deliberación, se procedió llevarlo a votación.

Una puesta era mantener firme la denuncia, a pesar de las inmediatas consecuencias, y la otra retirar la denuncia, a condición de contratar una agencia investigadora privada, que se ocupe del caso.

El resultado de la votación, fue un empate. Por lo cual el Presidente, poseía la facultad de tomar la decisión final.

El veredicto fue a favor de retirar la denuncia en la Policía.

Los “perdedores”, no quedaron conformes con el fallo, y elevaron sus voces, exigiendo la renuncia inmediata del Presidente, y la elección de un reemplazante.

De acuerdo a las cláusulas administrativas, cabía la posibilidad propuesta.

El Presidente, tomó la palabra para informar que dadas las circunstancias, resuelve presentar su renuncia indeclinable, proponiendo a la Sra. Ellen como próxima Directora del Directorio.

Los aplausos de ambos bandos, hasta esos momentos en litigio, se dejaron escuchar durante varios minutos.

El tiempo será el culpable de decidir sobre el futuro de la Compañía Naviera Piramidal.

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Comentario de Delia Pilar el agosto 24, 2024 a las 5:31pm

Muy hermoso e interesante relato. Leí solo 2 capítulos, luego seguiré

puesto que me es necesario de ocuparme de otras tareas; Beto. 

Un abrazo fraterno. 

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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