Un cangrejo a su hijita miraba muy de día;
le reclamó gritando: "Vas tenaza torcida;
quiero que te corrijas torsiones y osadía".
Así contesta en tierra muy baldía.
la sabia hija "tenaza retorcida":
"Padre, no puedo hacer cambiar mi vida,
pues hago lo que hiciste en abadía.
Si vas, andando recto, de otro modo,
yo imitaré esos pasos muy vencida
en argumentos y obedezco en todo".
"Corrige algo tu defecto
primero, después te sigo".
En moraleja contigo,
lector ducho, muy perfecto,
quiero dejarte un efecto,
voy a ver si lo consigo,
si alguien se mete conmigo,
su fín no vale ni erecto.
Corrija su desperfecto,
padre, no des un castigo,
porque primero, mi amigo,
hay que hacer todo correcto.
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME