Gracias María José Calatayud, Isabel Cristina Arroyo, Ximena Cedeño y Gustavo Lobo por convocarme a este compartir denominado
#PoetMeNotLeave,
para que publique durante 8 días 8 poemas, con foto personal, iniciaré hoy, esperando lo disfruten.
Hay que nacer de nuevo
para recoger el cielo de la fruta,
o su botón de sed o tus pezones.
Hay que nacer, hay que nacer
para saber de la sustancia intangible del amor.
Hay que empujar a la matriz
para nacer al viento.
Hay que nacer, hay que nacer
como si volviésemos a naufragar entre la lágrima,
ya sin la carga del pasado
tornándose destino:
aquí de pronto, sólo olvido te pertenece.
¡Sal de tu sangre a recorrer el sendero!
Hay que morir, hay que morir.
Después tus palabras
inventadas un viernes a ciegas
contra el mundo.
Hay que morir, hay que nacer,
saber hacia dónde,
sed del murciélago invertido
se desdobla en la espalda;
te levantas de los últimos sillones,
te pones los zapatos,
te urden hilachas, la sonrisa,
ese decir te quiero
cuando la noche obliga.
Hay que nacer de todo y contra todo
u por todo y hacia el silencio póstumo
del que revierte en canciones el secreto:
Todo está en tu frente como un ojo avizor
ante el abismo.
Yo seguiré cantando aunque estas huellas
de pronto se borren en invierno.
Hay que morir…morir…no ser,
escupir sin mancha,
socorrer sin nada a cambio,
oler la rosa equidistante que prepara tu abrazo,
bautizar los hijos quizá como conjuro.
Hay que dormir, dormir, soñar,
ser el anciano que está empezando a caminar,
con sus anteojos, sus muletas,
su licorcito escondido, sus metáforas,
su cicuta perfecta, su camino de luces
para volver a nacer cuando recoja
las últimas cosechas del olvido.
Ronald Bonilla
De mi libro Apuntes para un grafiti.
Premio UNA PALABRA 2014
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