Nuestra verdadera nacionalidad
es la humanidad.”
Herbert George Wells
Más de veinte siglos hace,
Cristo, que desde
el madero, con honda
amargura, nos miras,
mientras estos seres que tanto amaste
se desprecian porque su piel es negra,
o blanca, o amarilla, o porque
su credo es el hebreo, o musulmán,
o hindú, o taoísta…
¿Te das cuenta, Cristo,
cómo aún siguen sin entender
el mensaje de amor que de tu Reino
a la Tierra trajiste?
Esta humanidad, enfrentada,
juega peligrosamente
este juego siniestro de la guerra
y sigue sin entender que hermanos
fueron proclamados en los albores
de esta era que cristiana pretenden
llamarla pero que aún…
¡no incorpora tu sagrada esencia!
Delia Checa
De mi libro “Hacia el infinito”
Mendoza, Argentina
2017
Comentario
Desde la cruz de sus padecimientos
Cristo veía la insensibilidad del humano
que además de clavarle la lanza de la ignominia
le dieron hiel, veneno, vinagre a quien solo clamaba agua
porque la sed del perdón brotaba de su postrer suspiro.
Seguimos indolentes e inhumanos
odiándonos tanto y sintiendo esos viles egoísmos,
¿Valió el sacrificio de Cristo?
Gracias Delia por tus letras.
FELICITACIONES.
Muy agradecida, Silvana.
Muchas gracias, Ma. Ángeles, todavía hay muchos que no lo entienden, lamentablemente...
Muy agradecida, Vilma, por tu valioso comentario.
YO PENSE QUE ESTE PUEBLO HABIA RECIBIDO EL MENSAJE DE DIOS, TRISTEMENTE NO.
BELLAS LETRAS
Te agradezco de corazón, querida Beatriz, tus palabras
con este muy valioso aporte que he disfrutado leer.
Un abrazo.
Muy agradecida, Ronny, por tu comentario-aporte
y el destacado que me honra.
Delia
Esta humanidad, enfrentada,
juega peligrosamente
este juego siniestro de la guerra
y sigue sin entender que hermanos
fueron proclamados en los albores
de esta era que cristiana pretenden
llamarla pero que aún…
¡no incorpora tu sagrada esencia!
¡Ah mi querida Delia, grandioso final para tus bellas letras!
Esa pregunta tan curiosamente elaborada se la vienen haciendo a Cristo por milenios y milenios de años! No creo que seamos los grandes y únicos "sabios" que dándonos cuenta de lo malo que es una guerra, pidamos que no se den.
¿Por qué se dan las guerras?
Un 30 de julio de 1932 hubo un sabio llamado Einstein que le dirigió una carta a un sicoanalista llamado Sigmund Freud, escribiéndole: ¿Existe un medio de librar a los hombres de la amenaza de la guerra? ¿De canalizar la agresividad del ser humano y armarlo mejor psíquicamente contra sus instintos de odio y de destrucción?
La respuesta que da Freud es para quedarnos pasmados, porque habla de UN INSTINTO DE DESTRUCCION QUE TIENE EL HOMBRE, mas veamos como lo resumió Freud en la respuesta que le dio a Einstein:
"En resumen, no es más que la transposición teórica del antagonismo universalmente conocido del amor y del odio, que es tal vez una forma de la polaridad de atracción y de repulsión que desempeña un papel en el terreno que a usted le es familiar. Pero no pasemos demasiado rápido a las nociones de bien y de mal. Ambas pulsiones son igual mente indispensables pues de su acción conjugada o antagónica proceden los fenómenos de la vida.
Ahora bien, al parecer no es posible que un instinto de una de esas categorías pueda afirmarse aisladamente; siempre está ligado, de acuerdo con nuestra expresión, a una cierta proporción de la otra categoría, que modifica su finalidad o, según los casos, es indispensable para su materialización. Así por ejemplo, el instinto de conservación es de naturaleza erótica, pero es justamente ese instinto el que ha de recurrir a la agresión si desea que triunfen sus intenciones. Igualmente el instinto amoroso, referido a objetos, necesita una cierta dosis de instinto de posesión si quiere en definitiva apoderarse de su objeto. Y es precisamente la dificultad de aislar ambos tipos de instinto, en sus manifestaciones, lo que durante tanto tiempo nos ha impedido reconocerlos.
Si usted desea que profundicemos más, verá que las acciones humanas encierran una complicación suplementaria. Es muy raro que un acto obedezca a una sola incitación instintiva, que ya en sí debe ser una combinación de eros y de destrucción. Por lo general, varios motivos, con una combinación similar, deben coincidir para provocar la acción.
Cuando se incita a los hombres a la guerra, un llamamiento de esa índole puede encontrar eco por diversos motivos, unos nobles, otros vulgares, algunos de los que se habla abiertamente y otros sobre los que es preferible callar. No hay razón para que los enumeremos todos. La inclinación a la agresión y a la destrucción forma parte de ellos: las innumerables muestras de barbarie que jalonan la historia y la vida cotidiana no hacen más que confirmar su existencia.
Al excitar esas inclinaciones a la destrucción valiéndose de otras tendencias eróticas y espirituales, se les da naturalmente un medio de manifestarse con mayor libertad. A veces, cuando oímos hablar de las crueldades de la historia, tenemos la impresión de que los móviles idealistas sólo han servido de pretexto a los apetitos destructores; en otros casos, si se trata por ejemplo de los horrores de la Santa Inquisición, pensamos que los móviles ideales se han situado en primer plano, en el consciente, y que los móviles destructores les han dado, en el inconsciente, un suplemento de fuerza."
La carta es largamente explicativa, pero de este resumen podemos darnos cuenta que la violencia, agresión está enraizada en el ser humano; es mas en una parte Freud agrega: Cabe entonces concluir, para volver al tema que nos ocupa, que sería inútil pretender suprimir las inclinaciones destructoras del hombre.
Si nos dejáramos llevar por lo que explica Freud lo único que nosotros podríamos agregar serían las palabras de nuestro Señor Jesucristo: "Padre, si es posible aparta de mi este cáliz"
Gracias mi querida Delia, son muy loables tus letras!
Bendiciones amiga linda!
Te abrazo muy emocionada!
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