ALTA CULTURA Y NOBLEZA DE ESPIRITU


¿Quiénes somos ‘nosotros’ y qué es lo que no pueden perdonarme?-Nosotros, contesta el cura, somos “gente que comprendemos que la máxima sabiduría de la vida radica en adaptarse, y lo que no le perdonamos es que usted se niegue a aceptar esa verdad.” La indocilidad del escritor permanece hasta los últimos días. Su última señal de vida, una carta a su esposa y a sus hijos es una invitación a la terquedad, a la audacia, a la valentía. “Sé valiente,” escribe como un último aliento. Esa valentía socrática es el arrojo de buscar sabiduría en un mundo que premia la ignorancia, de distinguir el bien del mal en tiempos que se empeñan en negar la moral y de buscar la verdad, aunque las mentiras sean más cómodas. A eso llama Rob Riemen nobleza de espíritu.
La expresión la adopta de Thomas Mann, su héroe intelectual. Y mucho de valentía se requiere ahora para juntar en el título de un libro dos palabras como nobleza y espíritu. Al acercarse al libro parecería que encontramos un elogio a la caballería del alma o una loa al gentilhombre del corazón. No es tal cosa: es una defensa urgente de la cultura en un tiempo en que imperan el lucro, la farsa y el fanatismo.

ALTA CULTURA Y BAJA CULTURA
Hace algún tiempo hablamos de lo que se entiende por cultura y como existen varias acepciones para designar a la misma. Se mencionó que, de manera global, lo cultural es la actividad propiamente humana, la cual lo aleja del medio natural primigenio (propio de los animales) y le da sentido a su existencia. Desde ese punto de vista, prácticamente todo lo que genere el ser humano, sea para su superación vital o su ensimismamiento, es “cultura”.

Dentro de las definiciones que se mencionaron, una de ellas, y tal vez la más tajante, es la de la Alta Cultura y la Baja Cultura, que podría traducirse en “Buena Cultura” y “Mala Cultura”; siendo la primera preferible y la segunda desdeñable.

ALTA CULTURA
Si atendemos al análisis que hace Werner Jaeger en su libro “Paideia”, acerca de la estructuración de la civilización de la Grecia clásica, ya existía una conciencia cultural divisoria desde los primeros momentos en que se establecieron las Polis de dicha región; siendo la dedicada a los aristócratas, “Los Mejores”, la preferible. Señala que, necesariamente, siempre existirá una alta cultura y una clase alta.
Así, Alta Cultura son todos los modos, actitudes y obras creadas por la aristocracia para su propio deleite; principalmente se piensa en lo generado en torno a las Bellas Artes (cine, música, escultura, teatro, etcétera) y sus desarrollos académicos/intelectuales (ciencias puras, ciencias sociales y humanidades). Estando todas éstas enclavadas en un sistema cerrado, al cual sólo unos cuantos tiene acceso, aquellos que pertenezcan al círculo aristocrático.

BAJA CULTURA
Baja Cultura serían esos mismos medios de expresión y estudio; pero dirigidos al vulgo, al pueblo. Debido a que éste forma el grueso de la población de una comunidad, se puede decir que esta forma cultural tiende a lo plural, es decir, no está propiamente encerrada en un entorno exclusivo (aunque sí tiene ciertos tonos de alejamiento, sobre todo para con personas ajenas a dicha sociedad y los representantes de lo alto; todos aquellos que no sean parte de la misma “cultura”); pues cualquier miembro tiene fácil acceso a la misma. Algo interesante, por lo menos en un primer momento, lo alto literalmente está encerrado, al ser trasmitido a través de instituciones edificadas (museos, escuelas, salas de conciertos); mientras que lo bajo se puede (o debería de) ver al aire libre.

Lo anterior debido también la noción de mecenazgo, donde el aristócrata busca y mantiene a los mejores representantes del arte y la intelectualidad; estos a su vez desempeñan su área, con la única limitante de estar enfocada a sus benefactores, aunque con ciertos dejos de libertad para desenvolverse en proyectos propios (por ejemplo, los Médici y los Borgia en el Renacimiento o Alejandro Magno y Aristóteles, en la época clásica).
Ahora bien, hay que recordar que la cultura es “adiestramiento y selección”, para muchos esta es su principal función. Por ende, las dos derivaciones culturales se enfocarán a darle vida a una especie específica de ser humano; uno acorde a la aristocracia u otro acorde al sentido popular. Esto, en teoría, debería de generar un distanciamiento, donde a la aristocracia no le interesa una relación con las formas bajas y a la inversa, en el caso del vulgo; afirmándose ambos en un sentido comunitario para con sus similares.
Sin embargo, eso no puede distinguirse de manera tan evidente en la modernidad. Debido a la masificación de “lo cultural”, ambos estratos sociales están en contacto con las construcciones culturales, propias del otro; aún más, creadores y educadores de “élite” recurren a los medios de la baja cultura para dar vida a sus propios trabajos, dándole otra dimensión a los mismos.

Así, se tiene una mezcla entre lo bajo y lo alto; pero al mismo tiempo, sigue existiendo la división y alejamiento, pues a pesar de que todo está disponible para un público mucho mayor que en épocas anteriores al S. XX; gran parte de la humanidad se distancia de una u otra representación cultural, a veces por el mismo estereotipo que engloban los conceptos mencionados, y muchas otras por mero gusto personal ("lo alto/bajo me gusta más, por ende voy a desdeñar su opuesto"). Curiosamente, ese mismo gusto trae una defensa del mismo, bajo el argumento de que es más encomiable que el contrario; visto desde una relación valorativa vertical.

Aristocracia y Vulgo se juntan ante la combinación de sus culturas, por ello alguien que podría haber sido llamado “noble” en épocas renacentistas, puede llegar a ser extremadamente vulgar; y a su vez, un personaje de extracción baja, logra establecerse como la representación de lo mejor, de lo aristocrático.

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Alejo Urdaneta

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PLUMA MARFIL
Comentario de Liliana MarIza Gonzalez el octubre 19, 2021 a las 11:52pm

Ahora bien, hay que recordar que la cultura es “adiestramiento y selección”, para muchos esta es su principal función. Por ende, las dos derivaciones culturales se enfocarán a darle vida a una especie específica de ser humano; uno acorde a la aristocracia u otro acorde al sentido popular. 

Excelente ensayo

mary


PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el octubre 17, 2021 a las 2:59pm

Interesante, ameno con mucha riqueza en contenido.

Para reflexionar y ampliar nuestro acervo cultural y definir posicionamientos, todos en aras del enriquecimiento del espíritu sin detrimentos.

Gracias por compartirnos un ensayo excepcional con magistrales puntos de confrontación y debate.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el octubre 17, 2021 a las 8:17am

¡Excepcionales ideas en este ensayo, Alejo!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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