A ELLA.
Ella era una muchacha que infundía respeto,
y era fuente su rostro de constante alegría.
El amarillo siempre resaltaba su atuendo
y el añil y escarlata también lo enaltecían.
En ella se inspiraron pintores y juglares.
y los compositores afinaron sus liras.
Se llenó el pentagrama de notas musicales
y conoció el planeta su gracia femenina.
Desplegó por el mundo la magia de sus ojos.
Porque tenia el misterio de los tonos oscuros.
Ella era simplemente una mujer de oro,
que abría sin problemas los pórticos del mundo.
Pero la dicha a veces no dura mucho tiempo
y esta bella muchacha perdió lo que tenía.
Ahora están mustios los dones de su cuerpo
y un cuadro de pobreza con rabia la lastima.
Sin embargo, la observo y se mantiene firme
para surgir de nuevo y solventar los daños.
De las heridas siempre quedan las cicatrices
y de esas impresiones salen buenos soldados.
No desmayes muchacha y planta tus esquejes,
para que la vid buena sé de por los caminos.
La contienda te exige que trabajes y siembres,
para que así disfrutes del sabor de tus vinos.
Freddy Belisario Capella.
The Woodlands. Texas.
Agosto 21/2019
Comentario
El corazón que atesora sus fortalezas y sana sus debilidades, que deja huellas y cosecha frutos, que no cierra sus puertas ante la posibilidad de renovarse, que irriga con su caudal de amor cada rincón de soledad o tristeza, para remontar con valentía y renacer de las cenizas, con la pasión inagotable del empeño hacedor y milagroso.
Muy hermoso poema. La vida continua y siempre surgen nuevas oportunidades para renacer.
Gracias por compartir.
MUY LINDO
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