Por Alfredo Barra
Desde niño escuché decir a los mayores lo gratificante que sería la vida cuando jubilaran. Nada de preocupaciones. Ahora a regar el jardín, puro descansar, tarea cumplida.
Después que he superado el medio siglo de existencia, que me pensioné anticipadamente, que sigo casado con la misma esposa -que me dio cinco hermosos hijos, y éstos, once maravillosos nietos-, y hecho realidad la mayoría de mis vocaciones artísticas y profesionales, sigo escuchando la…
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