Una hermosa mujer frente al espejo
desprendíase el traje indiferente,
y en sus ojos brillantes, de repente
la lascivia cundió como reflejo.
Desde el lecho, a hurtadillas y perplejo
observábala un ángel impaciente,
y al mirarla desnuda, el inocente
su inocencia perdió, se volvió viejo.
Un arcángel llegó para cubrirla,
aquel ángel se fue sin seducirla
con profunda ansiedad y falo enorme
y una luz mortecina que caía
al trasluz de la seda descubría
la esbeltez de su cuerpo garciforme.
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Pues me parece que hubo una pequeñísima falla en los tercetos.. pero pobre ángel el que se fue.. je je.. creo que dejó de ser ángel.. ¿para que se vino a la tierra si acá está el pecado concebido? jaja
Muchas gracias amigo mio, me has hecho sonreír esta noche, que estoy vagando entre los sueños de los poetas.
Un abrazo enorme.. jajaja se me quedó.. un fuerte abrazo mi querido sonetista con mucho cariño..
Un placer leerte. ¡Escribes muy bien!!
Esas palabras son las que nos mueven por dentro y nos revuelcan el alma para hacer las cosas mejor. Muchas gracias por su valiosa apreciación.
Me gustó mucho tu soneto.
SALUDOS
Martha
Muchas gracias, me encanta que te haya gustado.
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