Jhonny Olivier.
Venezuela.
DESCUBRIENDO LA POESÍA.
A la UHE
Cuando el bermejo dulce de la tarde amaina la luz del día y el silencio del crepúsculo se hace dueño de las sombras, es el momento propicio para que el joven Ramsés, se inspire y consiga en lo más profundo de sí mismo, las palabras y los versos más buscados durante toda una vida. Inspirado por la brisa que acuna su cabello y arropado por el moteado manto de las estrellas se despierta una pasión indomable por las letras, las imágenes y los sueños de grandeza de aquel joven escritor, hijo de la noche y la desesperanza.
Aprendió a leer y escribir asistiendo a las misas de la iglesia del pueblo, en donde repetía los coros y cánticos todos los domingos, en ocasiones el Padre Juan, párroco de la iglesia, se sentaba con él y le daba algunas lecciones, hasta que, por su propia perseverancia, fue entendiendo el significado de algunas palabras, que más adelante le servirían para expresar tantos sentimientos atesorados en su corazón. De esa manera fue desarrollando una gran pasión por las letras, ya que pudo darse cuenta de que las palabras le permitían expresarse como nunca antes lo había podido hacer. Sin embargo, a medida que fue aprendiendo nuevos vocablos y algunas reglas gramaticales pudo deducir que, en cierto modo, eran una limitante, ya que para poder dominar correctamente un idioma había que aprender y cumplir cabalmente demasiadas reglas, lo cual, en vez de ayudarlo a expresarse, lo hacían sentirse prisionero de tan complicado sistema de normas que al final no le permitían manifestar libremente lo que en realidad pudiera estar sintiendo su corazón en algún momento. Por esta razón, Ramsés, comenzó a escribir en trazos cortas, para así utilizar la menor cantidad de palabras posibles en cada línea, en ocasiones entre líneas no existía coherencia alguna, lo cual le permitía jugar con su imaginación y con la de las personas que leyeran lo que él había escrito, luego se enteró de que estas líneas se llamaban versos. Ramsés, pudo descubrir que utilizando y combinando las palabras adecuadas podía expresar mejor lo que sentía en su corazón, ya que de esa manera la persona que leyera alguno de sus escritos podía sacar sus propias conclusiones respecto a lo que él quería expresar, sintiéndose identificado con muchas de sus ideas, luego se enteró de que esta forma de escribir se llamaba poema. Sin darse cuenta a medida que iba aprendiendo acerca de la poesía, también se estaba redescubriendo a sí mismo, dándose cuenta de que en su interior había un mundo de letras y palaras ocultas que sólo debía dejar salir oportunamente.
Ramsés era un poeta, de alguna manera sabía que la poesía está en todas partes, en la mirada de las personas, en la puesta de sol, en la luna llena o en la brisa que te acaricia con su voz, pues podía sentir en su interior lo que pocos percibían, cuando miraba un árbol veía más allá de su forma, podía observar cuando se mecía con el viento, cuando sus hojas caían danzando hasta adornar el suelo. Su mente estaba constantemente ocupada por imágenes que permanecían prendidas en su pensamiento y que él se encargaba de traducir combinando palabras, formando versos, creando poemas, descubriendo la poesía.
El Padre Juan, se dio cuenta de que Ramsés, tenía un especial interés por las letras, ya que, este joven le hacía muchas preguntas con respecto a la palabra escrita, parecía estar dispuesto a conocer a fondo el arte de escribir, algo poco común en una persona de tan corta edad, fue por este motivo que, este párroco, se dedicó a enseñarle todo lo que sabía al respecto, hasta que fue superado por su alumno. Cuando no estaba ayudando en los quehaceres de la iglesia, estaba escribiendo, escribía cualquier cosa, sin pensar, sólo escribía. Reunía las palabras y sin saber cómo, tapizaba las hojas de papel con hermosos poemas que estaban atesorados el alguna parte de su alma. Ramsés, asistía a la escuela nocturna ya que a sus catorce años de edad debía trabajar para mantenerse. En el colegio parecía siempre estar distraído, hablando solo o consigo mismo, cuando le preguntaban al respecto decía que constantemente llegaban a su mente imágenes que trataba de traducir a través de las palabras y entonces se dedicaba a conjugar verbos o a combinar frases para darle vida a hermosos poemas nacidos de lo más profundo de su propio pensamiento. Siempre decía que en ese momento se olvidaba completamente del mundo que lo rodeaba y viajaba libremente a través de su propio mundo interior.
Tenía pocos amigos, pues era difícil para él encontrar jóvenes que compartieran su interés por las letras, lo cual generalmente lo obligaba a mentir para poder integrarse a los grupos comunes que se formaban en el vecindario y en la escuela, sin embargo, jamás dejaba de soñar y crear imágenes en su pensamiento. Nunca mostraba sus escritos porque sentía que eran como pedacitos de su propia vida y pensaba que las demás personas se burlarían de él, ignorando la importancia de su obra y de su esencia. Ramsés era un pensador, pues no hacía más que examinar constantemente dentro de su mente, escudriñando en lo más profundo de esas imágenes que adornaban sus fantasías y las ilusiones de poder llegar algún día a entender el porqué de su incesante necesidad de traducir sus propios pensamientos y transcribirlos en forma de versos sobre una hoja de papel. Quizás en una vida pasada fue un gran escritor o tal vez lo heredó de algún familiar que nunca conoció, pero lo que sí es cierto es que había sido bendecido con el Don de la escritura.
Comenzó a crecer rápidamente y se convirtió en un hombre de arraigadas convicciones debido a los oportunos consejos del Padre Juan. Gracias a sus facultades de escritor consiguió trabajo en el diario del pueblo llamado “Primeras Luces” inicialmente lo contrataron como ayudante, pero gracias a su buena disposición y disciplina fue ganándose la confianza de los dueños del diario hasta que le dieron la oportunidad de demostrar sus facultades de escritor dejando que publicara ocasionalmente algunos de sus poemas, los cuales fueron calando dentro de la mente de los lectores y ganándose su propio espacio dentro de las páginas del “Primeras Luces”. Hasta que, los poemas de Ramsés, llegaron a convertirse en lectura obligatoria como suplemento dominical, dentro de aquel diario local.
La vida de Ramsés parecía orientarse hacia donde él siempre había soñado, ya que el destino había intercedido de alguna extraña manera para que los caminos lo condujeran hacia las letras y la poesía, la libertad de soñar y poder convertir sus ideas y pensamientos en versos, prosas y hermosos poemas. Sin embargo, la vida nunca se presenta de manera sistemática, pues cada persona es un universo propio e independiente, lleno de diferencias, las cuales, al final terminan siendo lo único común entre los individuos.
Un día Ramsés se fue del pueblo que lo vio nacer, hizo como la golondrina cuando llega el atardecer y emprendió su partida en busca de los sueños que acariciaban constantemente su suerte. Llevaba poco equipaje, pues era poco lo que tenía en su poder, mientras caminaba recordaba lo que nunca pudo olvidar y soñaba con encontrar lo que siempre quiso tener. Llegó a un pueblo pequeño en medio de la nada, tenía una sola calle y al final una gran iglesia blanca, donde terminaba el pueblo, pero comenzaban los sueños.
Al llegar se hizo amigo del único carpintero que había en el pueblo, con él aprendió el oficio de la ebanistería, pero siempre continuaba escribiendo lo que sentía, soñando con ser alguien útil algún día. Pensaba que una persona era digna de sí misma sólo cuando era capaz de hacer algo útil por los demás. Aquel pequeño pueblo lo acogió sin recelos, sus pobladores le abrieron las puertas de sus hogares y Ramsés se convirtió en un personaje emblemático que siempre paseaba religiosamente por la única calle del pueblo, cada vez que iba a la iglesia, progresivamente se fue convirtiendo en un hombre de fe, entre la iglesia y la escritura no quedaba mucho tiempo para algo más. Dedicó su vida a ayudar a las demás personas, predicando siempre el amor hacia el prójimo y la paz entre los seres humanos, estaba convencido de que sólo a través de la magia del amor y la poesía se podían resolver todos los problemas de la vida cotidiana. Nunca se casó, pues se dedicó a pregonar la Gracia de Dios por donde iba, salvando las almas de las personas que habían perdido la fe por completo. La poesía era su mejor aliada, después de Dios por supuesto, a través de ella pudo darse cuenta de que dentro de cada persona existe un grandioso afluente de sentimientos y emociones, que sólo salen a flote a través de la expresión poética, irradiando un haz de luz que iluminará siempre los caminos de las personas con las cuales tengamos contacto durante nuestra travesía por la vida.
Definitivamente Ramsés había descubierto que a través de la poesía era capaz de remover sentimientos y sensaciones ocultas en lo más profundo de la conciencia y de los corazones de los feligreses que iban hasta la iglesia, con el sólo objetivo de conseguir alivio para sus penas. Aquellos sermones dominicales parecían más bien unos recitales poéticos en donde cada habitante del pueblo decía lo que sentía y lo que le abrumaba en su mente y en su corazón. La presencia de Dios se podía sentir cada vez que Ramsés recitaba sus poemas esperanzadores, los cuales aliviaban las penas de todas las personas que iban buscando desahogo a la casa de Dios, pero conseguían aliento en la casa de las letras y la poesía, donde los sueños se hacen realidad.
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Amigo Federico, gracias por tus palabras, sin duda que nuestra labor es seguir creando para ayudar a las personas a descubrirse a sí mismas, gracias por estar siempre pendiente amigo. Dios te bendiga...
Gracias amigo Luis por tus palabras Dios te bendiga...
Gracias Rosemarie por estar siempre pendiente de mis letras...
Gracias a Dios por regalarme la vida, a mi padre por regalarme sus virtudes, a la Administración de ambos portales por que un día me abrieron las puertas y me dejaron entrar, tan sólo presentando una foto y mi nombre, eso es confiar y dar oportunidades que no podemos desaprovechar, y gracias a todos mis amigos de la SVAI y la UHE porque me abrieron las puertas de sus corazones para que intercambiáramos ideas y costumbres, hasta que llegamos a ser los mejores amigos.
Dios los bendiga...
QUERIDO POETA JHONNY OLIVIER:
TE FELICITO CON LA ALEGRÍA MÁS GRANDE POR ESTE MERECIDO RECONOCIMIENTO A TU OBRA...BENDITO EL MOMENTO EN QUE TU ALMA DESCUBRE EL LENGUAJE DEL ARTE QUE PLASMA SUEÑOS Y ESPERANZAS...Y QUE HOY ES UNA REALIDAD EN LA DISTINCIÓN MERECIDA DE TU OBRA!!!
MI ABRAZO DE FELICITACIÓN!!!!
ELCIRA
Gracias amiga Elcira por tus palabras tan hermosos, las cuales sirven de aliciente para seguir trabajando. Dios te bendiga...
Mi palabra de felicitación al recibir este reconocimiento a una prosa poética que habla de la poesía. La UHE se enriquece con textos como el tuyo.
Recibe un abrazo.
Alejo
Estimado amigo Alejo, para mí es un honor contar con tu amistad, gracias por estar atento a mis letras. Dios te bendiga...
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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