La margarita, no quería ser esa flor

         de los quereres, no quería tener

         el quehacer de dar un rumbo a las vidas

         no ser un sortilegio, de hombres y mujeres.

         No le gustaba, ser una flor de blancos pétalos

         buscada, por los enamorados.

         Mejor quería ser, la suave rosa de terciopelo

         o el aromático clavel, o bien una sencilla gladiola

         o una elegante violeta, y no ser quien decide

         si... alguien se quiere o no se quiere.

         Para la margarita,desde que nace las cuentas cuentan

         y le importa mucho como empiezan, el conteo

        los apasionados, me quiere, o no me quiere...

        Para ella también es vital cuantos pétalos tiene

        sobre todo cuando se los desprenden,si empieza con un

        no me quiere, y termina con un me quiere que bueno

        para la margarita y para quien la deshoja...pues sera una flor admirada

        única, deseada, e incluso guardada entre las hojas de un libro

        como imperecedero recuerdo.

        Ah... pero si termina el conteo en no me quiere, sus restos

        su vestido verde serán tirados, con desprecio al suelo

        a la vista de todos  los enamorados buscaran con anclas

        otra margarita tratando de encontrar, el ansiado !!! me quiere¡¡¡

       Así, es la vida de las margaritas, las margaritas siempre han dicho

       que no quieren saber del dolor de amar, de robar el corazón, de

       que tu eres mi razón, y es que no quieren vivir con sobresaltos

       pensando, que alguien llegara y les quitara, uno a uno sus húmedos pétalos

       su sombrilla, que la naturaleza les dio.

       Lo mas importante para ellas es cuando alguien, cerca muy cerca dice con voz

       trémula: !!!ahí están las margaritas¡¡¡ y de pronto, las tomen en sus manos

       y las bañen, con saladas lagrimas mientras poco a poco se van quedando desnudas

       sin pétalos y finalmente si no viene el esperado me quiere, irán directo al bote de la

      basura... por todo esto si al pasar por sitios en donde se cultivan o se venden las margari-

       tas, si ponemos atención podremos escuchar una voz, que dice: yo que se del amor, yo

      solo soy una flor.

       

J.Jesús Ibarra Rodríguez.        

        

Vistas: 50

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…